La Orden Hospitalaria San Juan de Dios combate el coronavirus en los lugares más vulnerables
El director de la ONG 'Juan Ciudad', Gonzalo Sales, explica cómo afronta África y América del Sur esta pandemia
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La pandemia del coronavirus nos ha pillado desarmados en España y en todo el mundo occidental. Y si aquí, pese a los medios y medidas que se han tomado, es difícil de parar; imagínate en África. De esos lugares de los que muchas veces nos olvidamos, no se olvida la Orden Hospitalaria San Juan de Dios.
Antes del COVI 19 los hermanos hospitalarios vivieron "la pandemia del évola y lo sufrimos muy directamente con bastantes bajas, tanto de hermanos hospitalarios como de sanitarios en nuestros centros", relata en El Espejo Gonzalo Sales, director de la ONG 'Juan Ciudad'. "Esto ha sido un triste recuerdo de aquel drama y también estamos mejor preparados para este COVID 19".
La Orden Hospitalaria San Juan de Dios está presente de forma internacional en los lugares más necesitados. "Tanto en África como en América Latina tenemos 33 centros sanitarios, que son también albergues, centros para personas discapacitadas... Y nuestra presencia en estos países es para atender a las personas más necesitadas en contextos muy vulnerables". Gonzalo Sales explica que "allí hay otras pandemias coexistentes que hacen que ante la falta de test, parezca que haya cifras que son menores de las que realmente hay. En el contexto africano estamos cerca de los 20.000 contagios, pero estimamos que son muchos más". Hay que tener en cuenta que poseen "sistemas de salud muy frágiles", por lo tanto es difícil estimar "lo que puede estar pasando".
No es el único problema
En África "sigue habiendo casos de évola, esta epidemia sigue viva en África e incluso ha habido algún contagio en el norte de Uganda". Pero gracias a luchar contra el évola, han sacado buenas lecciones para la actualidad: "Se ha hecho un trabajo sobre todo para preparar a los centros pensando en posibles epidemias, sobre todo en la del évola. Se crean mecanismos de prevención de contagios y nos adaptamos con mucho esfuerzo para reabrir centros, mantenerlos abiertos, tratar independientemente a las personas contagiadas de las que no, evitar contacto con enfermos crónicos, con embarazadas... Hemos tenido más prevención y mejor adaptación ya que no es algo nuevo para nosotros".
"Toda esta situación se vive con inquietud, pero como no podría ser de otra manera, los hospitalarios lo vivimos con entrega y cerca de los que más sufren. Dentro de este carisma hay un enfoque absoluto en paliar el sufrimiento y luchar contra la enfermedad en contextos muy vulnerables".