Rutas de Leyenda: Cuenca

Cuenca es una ciudad cautivadora y una provincia con un gran encanto por descubrir. Allí tenemos de todo, reyes conquistadores, personajes voladores, Santa Inquisición, hazañas épicas y grandes milagros. 

Cuenca capital y todos los pueblos que conforman la provincia tienen una historia de gran riqueza como el órgano de la Catedral, ¿qué caracteriza a este lugar con tanta historia, leyenda y misterio?

Hay que remontarse al siglo XII para conocer la historia de esta catedral, porque cuando Alfonso VIII reconquistó para el bando cristiano la ciudad de Cuenca se asentó durante un tiempo en el lugar con su joven esposa, Leonor de Plantagenet. Ésta era hija de Leonor de Aquitania y hermana de Ricardo Corazón de León, nada menos. Era una mujer muy hermosa y con un gran amor por las artes, y como venía de Normandía, en Francia, mandó construir sobre una mezquita la Catedral de Cuenca al estilo normando, que no tenía nada que ver con el resto de catedrales españolas. Por eso esa diferencia en su composición. Por cierto, en Cuenca hubo un error histórico y se confundía a la madre con la hija, por lo que en la ciudad hay lugares con el nombre de Leonor de Aquitania, que no corresponde con la realidad histórica de la ciudad.

Esta reina se dedicó a hacer este tipo de obras en Cuenca, pero las leyendas de la catedral son muy amplias. De hecho, las esculturas de su girola forman parte de ello. Resulta que en la iconografía de la girola se pone a nivel europeo en este campo. Y después de la catedral de Chartres, en Francia, la que mejor iconografía tiene de todas las catedrales de  Europa es Cuenca.

Esto se lo debemos al descubrimiento de América. Como eso supone mucha entrada de capital a las arcas del Reino, Castilla posee mucho dinero en el siglo XV para emprender obras de todo tipo. Entonces se inicia la transformación de la girola, que va de 1454 a 1505 y justamente en ese tiempo se produce el descubrimiento de América. Y debe ser que alguien que fue a América con Colón tuvo que viajar luego a Cuenca y ser influyente en la construcción de la catedral, vamos, que tenía que estar seguro dentro del cabildo catedralicio de la época, porque para meter animales que fueron espectaculares y llamaron la atención a la gente al llegar a América y esculpirlos en la piedra debía ser alguien importante. En resumen, que aquí tenemos zoología que solo se pudo conocer con el descubrimiento de América. Se puede ver toda la familia de los armadillos, y esto no puede ser una casualidad, porque estos animales aparecen en los bestiarios 26 años después, la catedral se adelanta a este conocimiento, y o uno es adivino o tuvo que estar allí para verlo.

Nostradamus, el fin del mundo y la Catedral de Cuenca. Hay un estudioso llamado Rodrigo de Luz, fallecido recientemente, que asegura que, según Nostradamus, la catedral de Cuenca será el único reducto donde salvarse en el día del fin del mundo en el año 3797. Todo el que se refugie vivirá, porque aquí es donde está escondido el Santo Grial.

De hecho, una leyenda cuenta que Constanza de Aragón era la hija de Alfonso II de Aragón, llamado El Casto, y de Sancha de Castilla, y que luego sería reina viuda de Hungría. Cuando tenía 14 años gozaba de tan mala salud que muchos médicos de la época la daban ya por muerta. Su padre la adoraba y padecía mucho por ella.

Constanza era muy devota de San Julián Mártir y siempre le rogaba. De repente, quedó sumida en un profundo sueño, entrando casi en trance, durante sus oraciones nocturnas. Entonces se le apareció San Julián que le dijo que debía viajar a Cuenca y encontrar una cesta de mimbre que contenía en Santo Grial. Al despertar se lo contó a su padre y prepararon el viaje inmediatamente.

Llegó Constanza, acompañada de un séquito de soldados y sirvientes, hasta Cuenca y allí buscó la cesta que le había encomendado encontrar San Julián. Logró encontrarla tras distintas vicisitudes y una vez que cogió entre sus manos el Cáliz comenzó a sentir una enorme placidez y todos sus males desaparecieron como por ensalmo. De rodillas, anegada en lágrimas y con los ojos puestos en un crucifijo juró a Dios que le rendiría pleitesía por el resto de su vida.

Restablecida de su mala salud por completo se llegó a casar con Federico II de Hohenstaufen, rey de Sicilia, que fue emperador de Alemania y luego coronado por el papa Honorio III en 1220. Al poco tiempo falleció la ya emperatriz Constanza y su esposo decidió contribuir a la ampliación de la Catedral de Cuenca, muchos dicen que espoleado por su deseo de encontrar el Santo Grial del que la mujer le había hablado, sin resultados, al parecer, positivos.

El crimen de Cuenca. Que no es uno, sino dos en diferentes momentos del tiempo. El primero tuvo lugar en Albalate de las Nogueras en 1983, que tuvo que ver con un crimen múltiple que el gran actor conquense Luis Esteso contaba luego en La Bombilla de Madrid con coplas de ciego y que acudían personalidades de gran renombre como Valle Inclán o Ramón Gómez de la Serna. Cuenca hizo hijo réprobo de la provincia a Esteso porque decía que por estas representaciones había evitado que el Gobierno llevara el tren desde Aranjuez hasta la capital conquense, algo nunca probado. 

Y, ¿qué ocurrió en este primer crimen de Cuenca? Una familia que tenía atemorizado el pueblo, se llamaban los Pacotes y una noche decidieron ir, por venganza o por diversión, a la casa de Hipólito Mayordomo, cuando éste se encontraba en Cuenca y el hijo mayor con su novia la molinera, y acabaron con la esposa y cuatro hijos. De hecho, cuando mataron a todos se fueron a la cocina a comer lomo y chorizos. También se cuenta que mataron a un gato que allí había, y de ahí se acuñó la expresión “no quedó ni el gato”. Luego los cazó la Guardia Civil y fueron ajusticiados, el padre y un hijo murieron en la cárcel y el que era menor de edad en el momento de los hechos se libró de la pena de muerte. También fue encarcelada la madre, inductora del delito, y luego liberada.

El segundo ocurrió en Osa de la Vega en 1910. Aquí estamos hablando de la historia del Cepa, José María Grimaldos, que era un poco corto, y que trabajaba en una finca con León y Gregorio, que tenían fama de anarquistas. De repente, el Cepa desaparece tras vender unas ovejas y se acusó a los compañeros de haberlo matado para robarle el dinero. Les sometieron a todo tipo de torturas y les hicieron por fin declarar que habían sido los asesinos.

Estuvieron encarcelados durante muchos años hasta que de repente llega a Tresjuncos una petición del  José María Grimaldos de la partida bautismal. El cura se quedó boquiabierto porque había sido cómplice de todo y no hizo nada. Así que un día El Cepa apareció en el pueblo ante el asombro de todos y dijo que le había dado un barrunto y se había ido a tomar las aguas a una localidad cercana y nunca había vuelto.

Inmediatamente fueron excarcelados León y Gregorio e indemnizados de por vida.  Y este fue uno de los casos más flagrantes de error judicial de la Historia de España.