¡Proliferación! “Las chinches suben al techo y se dejan caer sobre nosotros “

Primero fue Nueva York, luego Reino Unido, después Francia...y ahora también en España. Las chinches han vuelto. La presencia de estos “vampiros diminutos” llegó a niveles máximos durante la Segunda Guerra Mundial. 

Pero en los años 50, con insecticidas más potentes, prácticamente habían desaparecido...hasta ahora. Desde hace unos años su presencia no ha dejado de crecer. ¿Por qué? Por un lado una climatología más benigna para su desarrollo, y por otro la globalización, los viajes.

Y encontrar un chinche en casa no es un problema menor, porque donde hay uno es fácil que haya unos cuantos más. Acabar con una plaga no es tarea fácil y da muchos dolores de cabeza. En Fin de Semana hemos hablado con un especialista en la materia, don Jorge Galbán director de la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental: "La población de chinches en España ha crecido porque el número de tratamientos que realizan las empresas es mayor. Hacemos más trabajos de control de chinches. Lo que hay que valorar con calma es la cantidad en la que ha aumentado ese porcentaje" explicaba. 

Estos insectos, "que muchas veces no vemos", suelen actuar de noche: "Nos acostamos y en cuando estamos en la cama vienen a picarnos. Por eso pueden generar en ocasiones psicosis y problemas de salud mental" indicaba el especialista. E iba más allá: "El chinche va donde tenemos hábito. Si dormimos en el sofá, al final irá allí. Se mueve por nuestro CO2 y sabe los hábitos que tenemos". 

Enchufes, zócalos, rodapiés... cualquier lugar es bueno para esconderse. Cuando no detectan al ser humano, explicaba Galbán, los chinches trepan por las paredes hasta llegar al techo: "Cuando detectan que hay alguien respirando... ¡se dejan caer! Es una técnica muy curiosa. Es necesario conocer su biología para combatirlos mucho mejor". 

Estos seres diminutos sienten predilección por los lugares mulliditos y acolchados, ya que les permiten esconderse mejor: camas, sofás, butacas de cine... "es necesario que vayan profesionales a extinguirlos porque muchas veces hay que hacer trabajos combinados" para acabar con las distintas generaciones de insectos que han invadido el lugar. Por ello, en muchos casos, los habitantes deberán abandonar la residencia hasta la completa desinfectación.