El truco de Marian Rojas para enfrentarnos a esa voz interior que nos machaca

La psiquiatra nos vuelve a sentar en el diván de 'Fin de Semana' para ayudarnos a superar las pequeñas  o grandes crisis de cada día

Raquel Pérez Polo

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

      
      
             
      

Es algo a lo que nadie escapa: hablar con la voz que llevamos dentro, con ese yo interior. Hay quien piensa que eso lo hacen solo los demás: tu marido, tu mujer, el vecino de al lado cuando pasa por tu lado anda musitando algo. 

Lo hacen ellos y lo hacemos todos. Lo que pasa que por dentro, se llama voz interior. Y no es algo inocente nos influye mucho como ha explicado la psiquiatra de cabecera de Fin de SemanaMarian Rojas.

"Es un tema que me apasiona", confiesa Marian, "un tema que trabajamos mucho en terapia. Desde que empecé la residencia -que ya tratas problemas psiquiátricos severos-, me di cuenta de su importancia porque cuando la gente se empezaba a poner bien, de repente me decían, 'es que yo me machaco. Y me digo, es que no vales lo suficiente, es que deberías hacerlo mejor. Es que seguro que'".

¿Qué hay que hacer ante esa situación en la que nos decimos que todo lo hacemos mal, que no servimos para nada? "Hay que cambiar tu discurso interior. O sea, ese torrente de palabras, ese torrente de pensamientos que surgen es que te hacen un boicot", subraya.

Nuestra voz interior puede ser nuestro peor enemigo

Porque "nuestra voz interior puede ser nuestro mejor aliado o puede ser nuestro peor enemigo. De hecho, hay un estudio en el que se vio que cuando no pensamos en nada o creemos que no pensamos en nada, tenemos activado nuestro cerebro en lo que se denomina la red neuronal por defecto, que es un estado del cerebro donde esa voz, esa narrativa en la que nos vamos diciendo cosas, en la que nos vamos contando y eso es muy importante".

Todos dialogamos con esa voz, tenemos conversaciones con nuestra voz que, a veces, es un diálogo con otro yo al que le voy contando mis historias. Y "eso puede ser buenísimo, pero a veces es  realmente es terrible", remarca la psiquiatra.

      
             
      

Marian Rojas se dio cuenta en consulta, trabajando con sus pacientes que  el tema de la voz interior, viene de muy atrás. Nos puede llevar a  ese padre o a esa madre o a la abuela, diciéndole, "como seas gordita nadie te va a querer. Y entonces de repente dijo, uy, un momento, es que esta frase no es mía. Esta frase me la han dicho muchas veces".

La grabadora en la infancia

La mayoría de los traumas que nos acompañan colgados en la mochilla que llevamos cada día a nuestra espalda vienen de nuestra infancia. "Cuando tú eres pequeño, es como si nacieras con una grabadora en blanco y empiezan a grabar. Cómo se hablan tus padres, tus cuidadores, cómo hablan de ti, cómo se dirigen a ti: 'eres un pesado, tu hermano es más listo que tú; no deberías hacer esto porque si no nunca te van a querer...". Frases que llegado el momento nos damos cuenta de que era lo que nos repetían de pequeños . Y ese conjunto de mensajes recibidos, de repente un día dan al play, y te empiezas a escuchar".

Lo importante es entender que todos tenemos esa voz y que esa voz está íntimamente relacionada con la actitud que  tenemos en la vida. Es decir, nosotros nos enfrentamos a la vida según cómo nos hablamos

      
             
      

"Y como yo me hablo tiene un impacto directo en mi salud. ¿Quién no se ha visto rumiando contra alguien o algo, una situación y que al cabo de 15 minutos se encuentra mal, le duele la tripa, le ha sentado mal, porque los pensamientos tienen un impacto directo en mi salud", insiste Marian Rojas .

Y no se trata de ir por la vida como si nada nos importara, no se trata de eso, "se trata de un cierto realismo, de identificar cómo me hablo yo. Es decir, para empezar a saber si es un monólogo, es decir, si yo me hablo y me cuento las cosas a mí mismo y las analizo y a veces es una conversación entre varios interlocutores que comentan y opinan".

Y cuando esa voz interior la tenemos alineada con nuestras ilusiones defiende la psiquiatra es "mucho más fácil que nos pasen cosas buenas en la vida. Cuando yo intento tener ilusión, en el fondo tener ilusión, ser optimista y tener una buena actitud, es cuando yo no me machaco".

      

que mi voz sirva para apoyarme no hundirme

 ¿Cómo te hablas? ¿Qué te dices? ¿Qué te dices antes de entrar a trabajar? ¿Qué te dices cuando llegas a casa o cuando ves a los niños o cuando te acuestas? 

O cuando te metemos en la cama, un momento muy importante del día y que deberíamos afrontar, ." sin móvil y con los ojos abiertos o cerrados, pero con la luz ya casi apagada o casi sin luz, escuchando qué pasa, qué viene, qué me digo", aconseja Marian.

Lo importante es reconducir ese trato a nosotros mismo, que nuestra voz interior sirva para apoyarnos y no para hundirnos. Y para ello lo mejor es hablarnos no como el yo sino como tú.

"Cuando te estás hablando mal, pasa del yo al tú. En lugar de decirte ' yo soy un auténtico desastre', pasa a dirigirte a ti mismo con un tú, porque se ha visto que la zona del cerebro donde tú estás en plenas alteraciones cambia de foco y eres capaz de salir del bucle".