¿Votamos con el corazón o con la cabeza?

La Neuropolítica es la denominación de una reciente rama del conocimiento que investiga las implicaciones de la neurociencia en el ámbito de la política y es la que explica, entre otras cosas, cómo los votantes toman decisiones y responden a los planteamientos de los políticos. La neuropolítica se estudia con máquinas que hacen que minuto a minuto se sepa lo que pasa por el cerebro ante determinadas situaciones relacionadas con la política. Álvaro Bilbao nos explica algo más de esta ciencia en 'Fin De Semana"

¿Influye la imagen de los políticos?

Los estudios concluyen que “los votantes se dejan influenciar por el look de los políticos”. Ahora todos hacen deporte y se cuidan, y realmente sí, sirve para algo: "la buena presencia puede infuir en el voto", describe Bilbao.

La primera parte y más importante a la hora de votar es el sentimiento. La mayoría toma decisiones según sus sensaciones “de ahí el cuidado que tienen con los mensajes que mandan”. Según define el neuropsicólogo “el miedo es un mensaje muy potente" se activa la amígdala cerebral, relacionada con esta sensación, ante mensajes como 'crisis' o 'ruptura de España'.

En este sentido Álvaro Bilbao ha relatado como durante el mandato Bush tuvieron que cambiar el término “calentamiento global” por “cambio climático” ya que el primero generaba mucho miedo

“Lo mas importante es contagiar emociones a los votantes” asegura Bilbao, y para ello hay dos estrategias, el miedo es una de ellas y la otra, ofrecer confianza, solvencia, seguridad...

Otro punto importante que cabe destacar en este sentido son los “afiliados a los partidos”. Este grupo de personas dificilmente cambia de opinión aunque reciba mensajes negativos de la cabeza visible del partido al que vota “los afiliado a Podemos van a pasar por alto el chalé, los que votan al PP se olvidaran del master de Casado y lo que votan al PSOE se olvidarán del Falcon”. “Se vota al partido, sea cual sea, ya que no pueden introducir mensajes negativos, están totalmente convencidos” destaca Bilbao.

Si algo queda claro es que el hombre es animal emocional y lo que le motiva son las emociones.