“Me dijeron que arruinaba mi carrera por tener tres hijos o que era peligroso viajar a determinados lugares. ¿Cómo que ser mujer es un sentimiento? Basta de mandarnos y limitarnos"

Cristina López Schlichting, directora de Fin de Semana, repasa el panorama nacional e internacional en el 8M, el día de la mujer

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¡MUY BUENOS DÍAS, ESPAÑA! Bienvenidos a Fin de Semana de COPE y a este equipo que te acompaña sábados y domingos de 10:00H a 14:00H. Te saluda Cristina López Schlichting.

Entra la borrasca Jana. Después de una semana de aguas, continúa el ritmo y habrá lluvias abundantes, vientos intensos y nevadas en las montañas. Jorge Olcina nos dirá a las once cuánto durará esto.

Lo más importante que ha ocurrido es que Rusia ha empezado a amenazarnos. Desde que Europa, orillada por los Estados Unidos, ha decidido rearmarse, el Kremlin nos ha enfilado. Ayer, el portavoz de Moscú, Dimitri Peskov, aprovechó para señalar que tomarán las medidas necesarias frente a lo que consideran una militarización que requiere garantizar la seguridad de su población. Rusia acusó esta semana de “imperialista” al presidente francés Macron por prestar sus aviones Mirage a Ucrania y proponer la ampliación de los planes nucleares franceses a toda Europa. Macron respondió con razón que la única potencia imperial en Europa es Rusia, que se salta las fronteras y revisa la Historia.

Cómo han cambiado las cosas en un mes. La Historia desde la Segunda Guerra Mundial, donde nació la gran alianza europea y atlántica ha cambiado de golpe. Estamos solos y tenemos que reaccionar. Pedro Sánchez acaba de volver de Bruselas con un plan para elevar el gasto español de Defensa hasta el 2% del PIB y se ha encontrado con la oposición de sus socios de Gobierno. Sumar se ha negado a aumentar el gasto militar e IU repite que “no vienen a cuento”

Podemos, a su vez, ha exigido formalmente a Sánchez que salga de la OTAN. Solo como está, al presidente no le ha quedado más remedio que llamar a Feijoo. Se verán el jueves, pero ni siquiera en esta situación apurada el presidente ha sido generoso. Le ha dado apenas 20 minutos al jefe de la posición, que ha criticado que se le agenda exactamente el mismo tiempo que a Bildu, en esta ronda de contactos de urgencia.

En un extraño movimiento, Pedro Sánchez aprovechó ayer la rueda de prensa en Bruselas para justificar sus acuerdos de cesión de poderes a Junts y afirmó, con todo desembarazo, que los Mossos d'Esquadra, que a partir de ahora sumen también competencias en fronteras e inmigración, son también “Cuerpo y Fuerzas de Seguridad del estado”, como la Guardia Civil y la Policía Nacional

La Asociación Unificada de la Guardia Civil y el Sindicato Unificado de la Policía ha tenido que emitir sendos comunicados desmintiendo al presidente. Se le ha recordado que el artículo noveno de la Ley Orgánica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad diferencia claramente entre los cuerpos estatales y los autonómicos. El texto establece que la Policía depende del Ministerio del Interior y la Guardia Civil depende de éste y de Defensa, y que sólo ellos son los capacitados para garantizar la seguridad nacional en todo el territorio español. 

La policía autonómica no puede asumir las competencias de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del estado. Todo el engranaje institucional está chirriando por las concesiones feudales a Puigdemont, que está consiguiendo gracias a Sánchez lo que inútilmente intentó por la fuerza.

Y es también cosa alarmante que los precios de la vivienda se han disparado otro 8,4% en 2024. Los datos acusan la falta de vivienda. Según el Banco de España faltan medio millón de casas nuevas y la patronal de los promotores y constructores aumenta la cifra hasta el millón. Verdaderamente, el asunto de tener un techo se está convirtiendo en un drama nacional, opacado por prioridades políticas que apartan la gobernación de lo que es urgente, por ejemplo la situación de los jóvenes que se quieren independizar y no pueden ni formar una familia.

Y hoy es 8 de Marzo, día Internacional de la Mujer, una jornada para celebrar lo que las mujeres somos, alegrarnos de lo mucho conseguido y amparar a todas las que siguen sufriendo gravemente discriminación y postergamiento. Resulta muy doloroso que las acciones del Gobierno hayan dividido, con la ley del sí es sí, con el debate artificial sobre la prostitución -que varios socios del Gobierno apoyan descaradamente- y con la ley Trans el movimiento feminista, que desfila hoy en dos manifestaciones separadas, por la mañana una y por la tarde otra.

Lo que se ha conseguido esa algo tan artificial como desdibujar lo que somos. Ya hemos sufrido bastante cuando se circunscribía de forma primitiva a la mujer a un ser delicado, doméstico y subalterno como para que ahora se nos diga que ser mujer es un sentimiento. ¿Cómo un sentimiento? ¿Qué sentimiento? ¿Acaso tener útero y la capacidad de dar la vida, un tono de voz distinto y fácilmente reconocible, más resistencia pero menos fuerza es un sentimiento?

Si se vincula lo femenino con melenas espesas, pestañas postizas, tacones y uñas largas se caricaturiza algo mucho más profundo, anclado precisamente en un dato físico. ¿Cómo que lo biológico no importa? Lo biológico es lo definitorio. Un señor que quiere ser mujer es un señor que quiere ser mujer. No es una mujer.

Un señor así no padece que el jefe le diga que acabas de arruinar tu carrera profesional porque has tenido tres hijos, como me dijo a mí mi jefe en los años 90. Tampoco pasa porque se le niegue ir a determinado país porque corre peligro, como quisieron hacerme a mí. Las mujeres padecemos aún limitación de movimiento y desarrollo personal. Y eso en Europa, que ya no te cuento en el resto del mundo.

El caprichoso hombre moderno se está inventando una realidad que grita que hombres y mujeres somos distintos, aunque no sabemos muy bien en qué, más allá de lo físico. Esta diversidad en varones y hembras es uno de los factores más enigmáticos y fascinantes de nuestra condición humana. No tiene que ver con la autoridad, porque hay mujeres como Angela Merkel o Ursula Von der Leyen. 

No tienen que ver con la capacidad intelectual ni la de trabajo, desde luego. Ni siquiera tiene que ver con la sensibilidad o la emocionalidad, que varían más con las personas que con los sexos. Sencillamente es una diferencia ontológica que se manifiesta física y genitalmente y que hace de la relación entre hombres y mujeres una aventura fascinante y una riqueza obvia.

Hoy es el día de decir que basta de que nos manden los hombres aún en tantos sectores, que basta con que nos pongan techos de cristal, que no queremos que nos compren ni nos vendan en la prostitución o la trata, que no queremos ganar menos, que exigimos espacio para nuestro ser madres, sin que eso nos lastre en el oficio o los ingresos, y que nuestra lucha incluye a las que, en todo el mundo, son mutiladas genitalmente, casadas a la fuerza, postergadas educacionalmente, golpeadas y asesinadas, vendidas como ganado. Hoy es un día importante que no se pude despachar con chistes ni lugares comunes. Felicidades en el día de la mujer. A todas y a todos. Porque ser mujer es un hecho insoslayable, importante y fascinante.

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