Cristina López Schlichting: "La pregunta es cómo ha llegado Bildu a ser socio de gobierno en Madrid"

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Es 20 de abril y el tiempo se va a inestabilizar poco a poco, de manera que en algunas zonas habrá riesgo de chubasco y tormenta. A lo largo de la próxima semana tendremos temperaturas más bajas que nos explicará Olcina a las once.

Tenemos dos noticias domésticas graves, que te van a afectar muy directamente. La primera, que las cuentas no cuadran. No hay dinero para las pensiones prometidas por Pedro Sánchez. Doce mil millones anuales nos faltan para cubrir el agujero. ¿Qué hacer? Pues o se reducen las jubilaciones y se alarga la fecha de jubilación o se suben los impuestos y las empresas empiezan a pagar más cotizaciones a la seguridad social. O pagan los que quieren jubilarse o pagan autónomos y empresas.

La Unión Europea ha hecho las cuentas y decreta que España será el país de la Unión donde más crecerá el gasto en pensiones y, claro, hay un agujero. Es una muy mala noticia que ya advirtieron los expertos de la OCDE y del FMI que iba a ocurrir porque el dinero no se inventa.

El otro disgusto que me toca darte es que no hay suficientes médicos de familia para cubrir los ambulatorios. Ha finalizado el proceso de elección de plaza tras los exámenes del MIR y se han quedado sin cubrir 459 vacantes. Uno de cada cinco puestos para facultativo de atención primaria ha quedado vacío. Es un verdadero problema porque los son los profesionales que sostienen a la gente en su día a día y los que detectan las enfermedades graves. Es un récord histórico de plazas sin adjudicar y solo Madrid, la Comunidad Valenciana y Cantabria han conseguido los médicos de familia que necesitan. El resto, tienen un grave problema.

En Cataluña se han quedado 98 plazas desiertas, en Castilla y León 81, en Andalucía 64, 63 en Galicia o 61 en Extremadura. Es hora de preguntarse qué pasa, por qué los jóvenes no quieren ser médicos y, cuando lo son, prefieren ser dermatólogos o cirujanos estéticos. A nadie se le oculta que no se puede estudiar más de diez años para ganar dos mil euros. Hay que empezar a valorar y pagar a los médicos, en especial a los de familia, que no tienen acceso a consultas privadas que complementen su escaso sueldo. O empezamos a valorarlos o nos va a atender Rita la Cantaora.

Y hablando de cosa de comer, pendientes estamos del barril de petróleo. Hay guerra larvada en Oriente Medio y los precios de la gasolina pueden parar las economías si se disparan. Si la semana pasada te contábamos aquí, con la respiración contenida, que Irán había atacado a Israel, esta vez ha sido Tel Aviv quien ha atacado Irán, concretamente la bellísima ciudad de Isfahan, patrimonio de la humanidad. Isfahan no solo da alfombras, es que tiene algunas de las mezquitas y edificios más hermosos de la arquitectura islámica, pero, también tienen a las afueras un centro de producción nuclear que ha sido el objetivo de Israel.

Al final, después del ataque del 7 de octubre, el secuestro de civiles inocentes y la réplica de Tel Aviv, invadiendo la Franja de Gaza y provocando 35.000 muertes, se ha tirado de la manta y ha quedado claro que esto en una guerra larvada entre Irán, que financia y apoya a grupos como Hizbolla o Hamás y el pequeño estado judío, que vive en peligro de guerra desde que se creó en la zona. Hemos intentado ponernos también en el pellejo iraní, a ver cómo se vive allí la llegada de proyectiles israelíes. Alí Seyed Pakdamán es profesor universitario y considera que hay una doble vara de medir con respecto a su país.

Llegar al corazón de Israel. El lenguaje bélico es peligroso. No otra cosa ha intentado demostrar Israel, que ha apuntado a las instalaciones nucleares en el corazón de Irán, para demostrar, con un ataque medido y calculado, que puede llegar al corazón del país. Ahora que todos tenemos claro que unos y otros pueden hacerse daño, mucho daño, y desatar un conflicto gravísimo, se espera que esto quede aquí. Ni Irán al atacar Israel ni Israel al atacar a Irán han querido pasarse. Han sido acciones deliberadamente calculadas que expresan amenaza, sí, pero también el deseo de no ir a un enfrentamiento directo. Esperemos que esto quede aquí o estaríamos todos en peligro.

Y aquí en España. Además del clásico mañana, hay elecciones en el País Vasco. Ayer terminó la campaña Pedro Sánchez acudió a apoyar a su candidato bajo el lema “Vota al que decide”. ¿Por qué? Pues porque todo apunta a que será el partido socialista el que pondrá el Gobierno local, pactando con el PNV o con Bildu, que están ahí en las encuestas, con ligera ventaja de los batasunos, que ya te recuerdo que tienen más concejales que el PNV.

Los abertzales llevan en su programa la convocatoria de un referendo vinculante de autodeterminación y se refieren a los de ETA como presos políticos. Es un insulto a la historia. Ayer, un grupo de artistas y creadores del País Vasco dieron un paso adelante para denunciar el blanqueamiento de Bildu. Son, entre otros, los cineastas Jon Viar, Iñaki Arteta, Imanol Ortiz; los escritores Fernando Savater, Iñaki Ezquerra, Javier Mina o Begoña Ameztoy; la escultora Lucía Vallejo o el productor Miguel Ángel Tobías, que exigen a los representantes políticos que no pacten ni gobiernen con los herederos de la banda terrorista. Denuncian el exilio de miles de vascos por culpa de ETA, la legalización de su brazo político y el que pretendan apropiarse de lo que es común y levantar una frontera étnica defiendo a los vecinos como extranjeros.

La pregunta, después de tantas décadas de sufrimiento, es cómo ha llegado Bildu a ser socio de gobierno en Madrid y un partido de moda.

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