Schlichting: "Miguel Ángel Blanco era el bueno y Otegui, el malo"

La directora de 'Fin de Semana' analiza la actualidad

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Schlichting: "Miguel Ángel Blanco era el bueno y Otegui, el malo"

Cristina L. Schlichting

Publicado el - Actualizado

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Muy buenos días España, mejores, desde luego, que aquel. Hacía calor también y yo estaba en Vallecas, fíjate, entrevistando a Poli Díaz, el Potro de Vallecas, que fue un sueño del boxeo durante un tiempo demasiado corto. Y me llaman del periódico para decirme que salga hacia el País Vasco, que han secuestrado a un chico. ¡Qué prisas! ¿Pero es que era la primera vez que ETA secuestraba? Mataban todas las semanas, todos los meses, así que no entendí las prisas. Pero el olfato del gran periodista que es Joaquín Vila, entonces subdirector de ABC, no fallaba. “Han dado 48 horas para que el Gobierno libere presos -me dijo- y, Cristina, el ministro no puede ni debe hacerlo y van a matar a ese chico”.

Yo no me lo creí, como nadie se lo creyó. ¿Cómo iban a coger a un chaval de 29 años, que tocaba la batería y amaba a su novia, y matarlo como un perro? En aquel pueblito de Ermua todo se había parado en el vacío. La madre estaba como loca, medio ida. Mari Mar, ya tan fuerte entonces, atendía a la prensa. La ertzaintza daba vueltas inútiles por las calles. Había un parque desierto enfrente del bloque donde vivía Miguel Ángel. Los vecinos decían que unos tipos habían jugado a las cartas allí días antes. Seguramente vigilando las entradas y salidas del concejal del PP.

Y lo mataron. Como un perro lo mataron. En un bosque, atado y aterrorizado, le pegaron dos tiros y entró prácticamente muerto en el hospital. Se lo mataron a la madre y al padre, a Mari Mar y a la novia, a todos nos lo mataron. Alguien, esa noche, quemó la herrikotaberna de Ermua. Una injusticia, sí, pero…todos nos alegramos. El mal es así. Provoca un agujero negro que se ensancha en círculos concéntricos que se van ampliando.

Por eso fue tan guarro y dio tanta pena que Otegui saliese el otro día en la televisión pública. Y que dijese que sí, que a lo mejor se habían pasado y procurado más sufrimiento del que tenían derecho a infligir. ¿Qué derecho? ¿Cuál de los tiros de Miguel era adecuado a derecho? Se cargaron el país vasco. Miguel Ángel ni siquiera reposa en Ermua. Tras muchas agresiones a la tumba, la familia se lo llevó a Galicia. Y ahora llevamos a Otegui a la tele del estado, Rosa María Mateos, a limpiar la cosa, para que Bildu pueda dar abstenciones en Navarra a los socialistas, para que pueda apoyar a Pedro Sánchez. Si es que no tenéis

vergüenza. Al día siguiente de la entrevista se homenajeaba a las víctimas en el Parlamento y, claro, muchas no fueron. Cómo iban a ir. Y varias de las que fueron lo hicieron para ser humilladas, porque a Mari Mar Blanco varios de los parlamentarios le negaron el aplauso. Si es que no hay vergüenza.

Y esta semana, Podemos se niega a asistir al homenaje a Miguel Ángel. Supongo que piensan como Otegui, que hay crímenes necesarios. Dolores que se pueden infligir. En fin, Miguel Ángel, tú nos quitaste el miedo. Por ti España se apretó en todas las plazas y avenidas, con las manos pintadas de blanco. Tu vida sirvió para acabar con ellos, por mucho que ahora sus secuaces ideológicos quieran blanquearlos. Gracias a tu vida, los que vivimos aquello nunca nos equivocaremos.

Miguel era el bueno, Otegui el malo. Y podremos explicárselo a nuestros hijos. Gracias, chaval, sigue echándonos una mano, sigue señalando la verdad.

Porque aquí seguimos chico, esperando a ver si los que el otro día no quisieron ir a tu homenaje, forman o no gobierno con el Partido Socialista. Pablo Iglesias ha decidido trasladarle la decisión a las bases, que es lo que hace cuando quiere hacer algo sin mancharse las manos. Lo que hizo cuando les preguntó si su mansión de Galapagar era adecuada. Y cuando las bases contestaron que sí, que la casta son los otros, pero nunca uno. Que lo que has criticado a los demás, tú puedes hacerlo.

La pregunta esta vez es de traca, porque lleva la respuesta incorporada. Lo oral sería, si es que hay algo normal en preguntar a otros que vas a hacer como responsable, si la gente quiere pactar o no con Pedro Sánchez o si quiere una abstención.

Sin embargo, lo que se pregunta a las bases son dos cositas muy largas. La primera es la buena, y dice: “Para hacer presidente a Pedro Sánchez es necesario llegar a un acuerdo de Gobierno de coalición, programático y de equipos, sin vetos, donde las fuerzas de la coalición tengan una representación razonablemente proporcional a sus votos”. El sueño de cualquier podemita normal.

Opción dos, “para hacer presidente a Pedro Sánchez basta con la propuesta del PSOE: un Gobierno diseñado únicamente por el PSOE, con colaboración en niveles administrativos subordinados al Gobierno y con acuerdo programático”.

Es que es de risa. ¿Pero cómo va a votar nadie lo segundoooo? Obsérvese como lo vendía la representante de Podemos Noelia Vera, en nombre de Pablo Iglesias.

Tan tosaca ha sido la maniobra que la jefa de Podemos en Andalucía, teresa Rodríguez, ha dicho literalmente que es “ abiertamente tendenciosa”, que “constituye un verdadero insulto a la inteligencia” y que ella no piensa votar.

El referéndum interno arrancó ayer a las cinco y se prolongará para los militantes hasta el jueves próximo. Suponemos que saldrá que no hay acuerdo e iremos a la investidura fallida del presidente. Para entonces será verano profundo, los españoles nos echaremos todo a la espalda y, embargados de cañita y helado, completamente olvidados de nuestro triste destino, tomaremos fuerza para seguir aguantando a unos partidos incapaces de formar Gobierno, completamente sumidos en una italianada.

Si Pedro Sánchez nos llevará de nuevo a las urnas en noviembre o no, es cosa que sólo sabe él. Entregáos a la piscina porque, por ahora, esto no tiene remedio.

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