Schlichting, sobre el incidente de Óscar Puente: "Es intolerable que un representante sea hostigado"

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¡Muy buenos días España! Bienvenido a Fin de Semana de Cope y a este equipo que te acompaña sábados y domingos. Te saluda Cristina López Schlichting. Es 30 de septiembre y esto se acaba. Hay qué ver cómo vuelan los días, mañana estrenamos mes de octubre. Y ayer fue San Miguel, lo que explica estos calores que en Badajoz y Sevilla nos llevan hasta los 36 grados, en Toledo y Zaragoza a 33 y en Bilbao a 32, que qué barbaridad lo del “bocho”. Veranillo de San Miguel o veranillo del membrillo. A ver si luego nos dice Olcina a las once hasta cuándo seguirá este buen tiempo.

Pues se acabó lo que se daba esta semana. Alberto Núñez Feijoo no consiguió los votos necesarios para ser investido presidente, pese a haber ganado las elecciones. La votación final ayer tuvo su momento tenso cuando un diputado de Junts, Eduard Pujol, se equivocó y votó a favor del PP.

Lo alucinante fue que, en contra de lo que pasó cuando fue el diputado popular Casero se equivocó también y provocó la aprobación de la reforma laboral del PSOE, sin que se le permitiese rectificar, ayer Francina Armengol, presidenta del parlamento, declaró nulo el voto de Pujol. Es verdad que también esta semana el diputado Herminio Sancho del PSOE pudo rectificar una votación errada, pero en su caso se le había citado con un apellido erróneo, Sánchez en lugar de Sancho, y cabía una excusa. El reglamento de la cámara considera válido cualquier voto emitido, erróneamente o no. Lo que se hizo ayer con Pujol no iba a modificar la derrota de Feijoo, porque le faltaban cuatro escaños, pero sienta un precedente de confusión y, sobre todo, de doble rasero.

En fin ¿qué pasa a partir de esta investidura fallida? Pues que es el turno de Sánchez. El Rey ya ha convocado a consultas los próximos lunes y martes y el congreso tiene hasta el 27 de noviembre próximo para intentar investirlo y evitar una repetición electoral.

La clave de si tendremos Gobierno o no la tiene paradójicamente un huido de España en el maletero de un coche, Carles Puigdemont, tras una intentona golpista que puso costarnos un disgusto trágico. Sus escaños son los que completarían el apoyo que el PSOE ha pedido a Bildu, Esquerra Republicana y el PNV.

El precio fue fijado el jueves en el Parlament de Catalunya. Los partidos nacionalistas, Junts y ERC, exigen vincular la investidura de Pedro Sánchez a la organización de un referéndum de autodeterminación, justo lo que obligó a

aplicar el artículo 155 de la COnstitución y enviar los cuerpos y fuerzas del seguridad de estado a Cataluña. Tras este acuerdo, el líder de los socialistas catalanes, Salvador Illa, insistió en que por este camino no había avance posible y concluyó que ”si hay que ir a elecciones, iremos a elecciones y que la ciudadanía elija”.

Lo del referéndum es una nueva vuelta de tuerca después de que el PSOE claudicase en el tema de la amnistía a los presos del procés. Según Ómnium Cultural, la entidad independentistas, que estuvo detrás del follón de 2017, habría que perdonar las penas a 1432 condenados. Los números son éstos: 113 condenados penalmente. 17 pendientes de sentencia. 35 pendientes del Tribunal de Cuentas. 387 con causa penal abierta y 880 sancionados administrativamente. Por supuesto, habría que buscar una solución especial para el fugado Puigdemont, que todavía no ha sido juzgado. Escuchamos lo que dijo en 2019 Pedro Sánchez en el debate contar Pablo Casado en el parlamento.

Menudo cambio el del presidente. Pero si la sorpresa de esta semana no ha sido la no investidura de Feijoo, en cambio lo fue el sustituto de Pedro Sánchez en el debate de investidura. En lugar de subir a la tribuna para replicar al candidato, el presidente en funciones pidió a Óscar Puente, ex alcalde de Valladolid, que lo sustituyese. Es misma mañana, cuando sus parlamentarios le preguntaron si subiría a la tribuna, Sánchez se limitó a decirles: “os vais a divertir”. Apenas un puñado de personas sabía lo que iba a ocurrir.

Vamos a hablar con Don Óscar Puente que, por cierto pasó ayer por un desagradable incidente cuando un joven le cerró el paso en el tren desde Valladolid a Madrid y le preguntó por Puigdemont. El sujeto es el mismo que atacó recientemente a un hostelero y a dos policías en Valladolid y que sale en las redes sociales drogándose.

Es intolerable que un representante votado por el pueblo sea incomodado u hostigado. Hay quien recuerda que la izquierda no protestó cuando se hostigó gravemente a Cristina Cifuentes, a González Pons, a Soraya Sainz de Santamaría o a Rosa Díez. Es verdad. Y eso no favorece a esa izquierda. Pero no justifica en absoluto que los representantes públicos merecen un respeto exquisito porque personalizan la democracia de todos. Porque son el rostro de los votos emitidos en las urnas.

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