"Cada vez tengo más hambre y no me sacio"

"Cada vez tengo más hambre y sensación de no haber comido"

A esa tensión, añadirle la falta de sed a pesar de que tu cuerpo necesite hidratación. Tener un alto umbral de dolor que te impide sentir el dolor de algo que le sucede a tu cuerpo. O, incluso, a nivel psicológico, la soledad que puede desarrollar una persona que no comprende las bromas o el sarcasmo, comportamientos establecidos y habituales en nuestra sociedad.  Esto es lo que vive día a día Marcos. Uno de cada 15.000 nacidos padecen del síndrome de Prader Willi. Una enfermedad rara y muy compleja.

Marcos tiene 17 años. Es un chico extrovertido pero con una gran ansiedad por la comida. Ha sufrido bastantes intoxicaciones por ingestas inadecuadas, incluso algunas de ellas le han llevado al hospital. La necesidad obsesiva por la comida ha llevado a Marcos a desarrollar muchísimas argucias complejas para obtener alimentos.

Como cualquier persona con Prader Willi, tiene crisis de ira a causa de la ansiedad que soporta y de la necesidad de vigilancia y acompañamiento constante que su síndrome requiere. Cuando tiene una crisis de este tipo puede romper cosas, gritar, insultar o hacerse daño. Lo peor es que es consciente de lo que hace pero no puede evitarlo. Cuando todo ha pasado se siente culpable. Sin embargo no todo es negativo. Marcos es muy afectivo, alegre y trabajador.

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