Cómo luchar contra la timidez: "Seguridad en nosotros mismos, muchas veces somos nuestros peores enemigos"

El siglo XXI, se dice por muchos mentideros, es la generación del mirarse, considerarse continuamente. Redes sociales, fotos, opiniones, likes, etc. Todo empuja a una parte de la sociedad a dar una imagen de sí mismos, que se puede corresponder o no con la realidad.

Es un trastorno de personalidad por evitación, tenemos miedo de dar una mala imagen a los demás. Son los temas de Marian Rojas, autora de “Cómo hacer que te pasen cosas buenas”. Y en Fin de Semana ha dado las claves para entenderlo y ponerle solución: “Es algo propio de las personas tímidas. No es un defecto, sino un rasgo de la personalidad. Es cierto que los tímidos experimentan ciertas dificultades en las relaciones sociales. Pero nace de la inseguridad. Como si no tuviese derecho a ser apreciado” comenta Marian. “Esto puede generar angustia. El introvertido, por otro lado, se agota de la vida social”.

Es importante separar los dos caracteres: “Son distintos, uno no va por estrés y el otro porque prefiere su soledad. Cuando la timidez se agudiza se puede convertir en el trastorno de personalidad por evitación”. Es algo que no se puede evitar, “además es de lo más perjudicial”. Si esto se convierte en patología encontramos el concepto de “fobia social” dice la psiquiatra.

La fobia social se recrudece en ciertos momentos, sobre todo “cuando te encuentras con situaciones sociales en los que te fuerzan a socializar”. Tenemos que saber gestionar la timidez. “Agatha Christie llegó a escuchar su propio homenaje desde fuera porque un conserje no la reconoció”.

Hay personas que lo son, “y esto hay que saber reconocerlo” comenta Marian. “Lo segundo, poner diez situaciones concretas que para ti son de riesgo o estrés. Poner de más a menos. Y hecho esto, luchar a una” recomienda la médica. “No hay nada mejor que prepararse las escenas donde uno lo va a pasar mal en la vida”.

“Comprender es aliviar. Conocer la realidad y diferenciarte de los demás y no compararte con cómo los demás han conseguido sus éxitos, y sobre todo, apoyarte en todo lo que han dicho de nosotros a lo largo de nuestra infancia, no debe ser un condicionante de nuestras vidas” ha finalizado la psiquiatra.