Encerrado en una celda en una isla lejana para quitarle la homosexualidad

Aaron Lee, violinista, cuenta en Fin de Semana con Cristina todo lo que sus padres le hicieron al enterarse de su condición sexual

00:00

Encerrado en una celda en una isla lejana para quitarle la homosexualidad

Cristina L. SchlichtingRedacción Fin de Semana

Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Aaron Lee ha tenido una historia dramática. Él es homosexual, que entre otras cosas tuvo que enfrentar el verse confinado en una celda de tres por dos metros en una isla perdida porque sus padres pretendían quitarle esa tendencia.

Es un prodigio del violín. Es de origen surcoreano, pero nació en Chamberí, en Madrid. Es de familia de músicos y acaba de publicar un libro, “Yo soy el que soy”, donde cuenta su historia, por un lado, admirable y, por el otro, de un enorme sufrimiento.

Ha empezado hablando de su presencia en el cierre de sesiones del teatro: “Es un privilegio y un honor debutar y echar el cierre en el Teatro Kamikaze en 'Yo soy el que soy'. Mis padres son músicos, en mi casa empecé como si fuese un juego lo que ahora es una pasión".

Pese a esto, ha querido comentar cómo empezó su vida demostrando su sexualidad: “Mis padres, como artistas que son, pensé que aceptarían mi homosexualidad, pero vienen de una sociedad coreana con valores distintos. Ahora mi relación con ellos pasa por horas bajas, mantengo la esperanza a que podamos volver a hablar" ha comentado el violinista.

En un momento dado se vio perdido, sobre todo a la hora de buscar información: “Mi única ventana al mundo gay eran los chats en los foros. Conocí a una persona por internet, luego por teléfono, y eso se reflejó en la factura. Me preguntaron por esa persona y me dijeron que fuera sincero y confiara en ellos", ha confesado Aaron.

Y empezó el horror, como él ha comentado: “Mi padre llegó a amenazarme con un cuchillo, llegaron las terapias de conversión, me llevaron al médico. Me llegó a decir que si quería morir de SIDA” ha contado el músico. “Me llevaron a una pequeña isla, entre Corea y Japón. Yo pensaba que íbamos de excursión. Al final me encontré en una pequeña habitación donde empezó la terapia de conversión” ha contado el artista.