“Han delimitado la zona de búsqueda”: el error que cometió Tomás Gimeno la noche de su desaparición

La búsqueda de Tomás Gimeno y de sus hijas Anna y Olivia sigue a contrarreloj un mes después de que los tres desaparecieran sin dejar rastro

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“Han delimitado la zona de búsqueda”: el error que cometió Tomás Gimeno la noche de su desaparición

Redacción Fin de Semana

Publicado el - Actualizado

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La búsqueda de Tomás Gimeno y de sus hijas Anna y Olivia sigue a contrarreloj un mes después de que los tres desaparecieran sin dejar rastro. Una investigación que se ha convertido en la prioridad número uno de la Guardia Civil, que confía en devolver sanas y salvas a las niñas a su madre.

Un detalle puede cambiar la búsqueda de las pequeñas, ya que, como ha explicado Nacho Abad en 'Fin de Semana', los investigadores no están dejando piedra sin remover para asegurarse de que la búsqueda de las niñas dé resultado: “La Guardia Civil en su afán de encontrar a Anna y Olivia está investigándolo todo. Y una de las cosas que hicieron es medir la gasolina del depósito. En este caso, han descubierto que ha utilizado 150 litros de combustible. Y en función de la gasolina han podido diseñar un diámetro alrededor de Tenerife que es más pequeño de lo que pensábamos. Van a trabajar con un sónar para investigar el fondo marino y han delimitado la zona de búsqueda en función de la gasolina y del posicionamiento de los teléfonos”.

Nacho Abad ha querido mantener la esperanza de encontrar a las dos niñas con vida y ha recordado que ha llegado a haber desapariciones de menores que han durado décadas y tras las cuales se ha encontrado a la víctima con vida: “¿Tú te acuerdas de Natacha Kampusch? Esta mujer estuvo 19 años secuestrada por un tipo. 19 años desaparecida hasta que se fugó. Todo el mundo la daba por muerta, pero estaba viva”.

Anna y Olivia podrían cambiar de aspecto

Nacho Abad ha recordado también que cuando las desapariciones infantiles se alargan en el tiempo, los investigadores se encuentran con el problema de que las menores cambian de aspecto: “La evolución de los años hace que los menores sean inidentificables”.

Nacho Abad también ha querido incidir en el carácter violento de Tomás Gimeno, que llevaba tiempo amenazando con secuestrar a las niñas e impedir que su madre pudiera tener contacto con ellas: “Beatriz ha tenido que aguantar muchísimo. Tomás le dijo: 'una cosa es salir de la zona de confort y otra cambiar de continente. Qué fácil es perder el control de tus hijas, qué fácil es aceptar que pierdes una familia con la que llevas todo la vida. Tomás tiene muy muy mal humor”.

Un mes sin Anna y Olivia

Hace cuatro semanas, Tomás Gimeno no devolvió a sus hijas a la hora acordada con su expareja y le avisó por teléfono de que no las volvería a ver jamás ni a él tampoco.

Desde el minuto uno, la Guardia Civil calificó de alto riesgo esta desaparición y desde entonces no ha parado de buscar por tierra, mar y aire a las pequeñas Olivia y Anna, de seis y un año.

En todo este tiempo se han mantenido abiertas varias hipótesis, desde el secuestro y fuga, de ahí que el juzgado que instruye la causa dictara una orden de búsqueda internacional, hasta un parricidio.

La investigación es una de las más complejas a las que se ha tenido que enfrentar en los últimos años la unidad central operativa (UCO) de la Guardia Civil, que intervino en la resolución de los casos de Diana Quer, Asunta Basterra o Gabriel Cruz.

Tomás Gimeno

No tanto por el tiempo transcurrido — apenas un mes, que ha sido interminable para la madre de las niñas, que pese a la angustia y la incertidumbre no pierde la esperanza de volver a abrazarlas—, sino por la complicación que implica buscar pistas en la inmensidad del océano, que es donde se le perdió el rastro al padre.

Han sido múltiples las diligencias practicadas, empezando por el rastreo del móvil de Tomás, a través de un duplicado de su tarjeta, hasta el análisis de diferentes cámaras que pudieron registrar sus últimos movimientos antes de desaparecer.

También se han analizado sus movimientos bancarios, por si pudo hacer una retirada importante de efectivo, y se ha registrado hasta en cinco ocasiones su vivienda en Igueste de Candelaria con la ayuda de dos perros adiestrados para buscar restos biológicos, así como su coche y su lancha.

Vivienda Tomás Gimeno desaparición Anna y Olivia

La investigación se centra en dos horas críticas, las que transcurrieron desde que Tomás se despidió de sus padres, acompañado de las niñas, sobre las 19:30 horas, hasta que las cámaras de la Marina de Tenerife lo grabaron entrando en esas instalaciones a las 21:30.

Allí, un vigilante lo vio solo, sin la compañía de las niñas, cargando maletas y bolsos en su embarcación, con la que salió a navegar dos veces.

Cuando regresaba a puerto tras su primera incursión en el mar, Tomás fue abordado por la Guardia Civil y propuesto para sanción, pues se estaba saltando el toque de queda que por entonces estaba fijado a las 23:00 horas.

Los agentes inspeccionaron la embarcación y no encontraron nada sospechoso en ese momento, pues la madre aún no había denunciado la desaparición de sus hijas.

Una vez en el puerto, Tomás cogió su coche y fue a una gasolinera cercana a comprar un cargador para el móvil porque se estaba quedando sin batería. Luego, se hizo a la mar sobre las 00:30 horas del 28 de abril con rumbo desconocido, que los investigadores tratan de reconstruir a través de la señal del móvil.

¿Qué sucedió hasta que unas diecisiete horas más tarde fue localizada la lancha vacía y a la deriva? ¿Dónde estaban entonces las niñas? ¿Pudo embarcarlas en su lancha ocultas de alguna manera, o en otra embarcación?, en cuyo caso tendría que haber contado con la colaboración de terceras personas y sin apenas margen de tiempo.

Desaparición Tomás Gimeno

Apenas han trascendido detalles de las pesquisas —el juzgado mantiene el secreto de sumario— , y lo que se sabe es que ni en la vivienda ni en la finca de Igueste de Candelaria, como tampoco en la lancha ni el coche de Tomás encontraron los perros de la Guardia Civil pruebas concluyentes.

Ahora, las esperanzas en que la investigación no acabe encallando están depositadas en el sonar y el robot submarino que un buque del Instituto Español de Oceanografía incorporará en los próximos días para rastrear el fondo del mar frente a la costa sureste de Tenerife.

Una labor que se antoja de gran complejidad, dada la profundidad del mar en esa zona, de que se trata de suelo volcánico y, por ende, irregular, y por la amplitud del área a analizar, siguiendo el recorrido que Tomás realizó en su primera incursión al mar en aquella fatídica noche del 27 al 28 de abril.

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