El abogado que da de comer a once mil niños todos los días en Honduras

Hablamos con el padre Álvaro Ramos, el sacerdote español que lucha en Honduras contra la miseria y la desigualdad

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“Hay una vacuna contra el hambre que es dar de comer a la gente y no se hace por egoísmo"

Redacción Fin de Semana

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Honduras es uno de los países más pobres del continente americano, la viva imagen de la desigualdad y la miseria, un país duramente golpeado por el hambre, el analfabetismo o los fenómenos meteorológicos adversos como tormentas o huracanes. Con el objetivo de paliar la profunda desigualdad que asola el país centroamericano, nace la ONG ACOES, impulsada por el Padre Patricio Larrosa hace 30 años y continuada por el Padre Álvaro Ramos, un madrileño de barrio y costumbres pijas, que decidió dejar de lado su futuro brillante para irse a Honduras a ayudar a los niños hondureños a tener las oportunidades necesarias para salir de la pobreza. Hablamos con él en Fin de Semana para ahondar en su misión y su vida.

El Padre conoció la desigualdad jugando al golf

Pero ¿cómo pasa un chico bien de Madrid del campo de golf a una misión en Tegucigalpa luchando contra la pobreza en primera línea? Pues precisamente fijándose en los caddies del campo, el padre Álvaro no podía concebir que esos chavales del sur de Madrid se vieran obligados a dejar sus estudios para trabajar en el campo y traer dinero a casa. También aprendió en el club que en la vida "tienes que tener la oportunidad y saber aprovecharla” como habían hecho los grandes banqueros, directivos y abogados con los que jugaba. Para él, la oportunidad fue observar de cerca la pobreza y la aprovechó. Conoció la misión que el Padre Patricio Larrosa llevaba a cabo en Honduras y decidió ordenarse cura e irse a ayudar. Lo que más le llamó la atención de ACOES fue cómo se ayudaban entre sí los pobres que eran acogidos por la ONG, profundizando en la raíz de este comportamiento encontró el evangelio y la fe: “la raíz de todo eso era el evangelio, en el sentido de seguir a Jesús, que nos motiva a todos a ser protagonistas del mundo, si todos cumplimos con ese papel, el mundo se convierte en el cielo”.

ACOES da de comer a 7000 niños y ayuda a más de 11000 en Tegucigalpa a obtener mejores oportunidades, a estudiar y a tener acceso a la sanidad, de pago en Honduras. Sus proyectos incluyen la construcción de viviendas, de centros educativos. También pretenden aumentar la productividad de la zona con plantaciones de café, talleres de costura… El Padre Álvaro Ramos afirma que su formación en economía y derecho han sido de gran ayuda para organizar las actividades de la ONG, reivindica su vocación tardía, se ordenó a los 42 años, ya que le ha permitido ayudar a la Iglesia, afirma que “es bueno conocer la realidad del mundo, porque Dios quiere cambiarla y para hacerlo es necesario conocer los mecanismos de la realidad”.

Cualquiera diría que el Padre Álvaro se ha complicado mucho la vida, él mismo dice que tiene muchos más problemas y que le cuesta dormir por el gran reto que supone “tener una familia de 11.300 niños”; pero el misionero dice que es plenamente feliz, porque “la felicidad no está relacionada con no tener problemas, sino que está relacionada con hacer cosas que tengan sentido” y, desde luego, que la labor que realiza tiene mucho sentido. También dice que estas actividades le han unido aún más con su familia y amigos al contrario de lo que podría pasar. El Padre Álvaro denuncia el egoísmo como mayor problema mundial, cosas como gastar más en cosméticos y mascotas de lo que se debería gastar para acabar con la desnutrición infantil o la pobreza extrema, dice que “si no lo hacemos, es por falta de conciencia”.

Si quieren colaborar con el gran proyecto del Padre Álvaro, pueden acudir a ACOES.org. La propia ONG ofrece voluntariados gratuitos para conocer de primera mano la labor que se realiza y ayudar, “que no es un problema, es una bendición”.

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