Helados en verano: sí pero en su justa medida (y atención a sus ingredientes)

Nuestra experta en seguridad alimentaria Beatriz Robles vuelve a la antena de Fin de Semana con Rosa Rosado para dar los mejores consejos

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Helados en verano: sí pero en su justa medida (y atención a sus ingredientes)

Redacción Fin de Semana

Publicado el - Actualizado

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Es verano, agosto y conviene no bajar la guardia en cuanto a la higiene y la seguridad alimentaria. Por eso resolvemos dudas con Beatriz Robles, que es experta precisamente en seguridad alimentaria y autora del libro ‘Come Seguro Comiendo de Todo’ de la Editorial Planeta, una guía para comer sin riesgos y evitar los errores que cometemos en la cocina.

Estamos de vacaciones, a gusto y relajados, pero no podemos bajar la guardia porque es posible y muy recomendable cuidarse en vacaciones: “Es el momento del año en el que nos descuidamos más y es normal, pero hay que interiorizar que cuidarse podemos hacerlo todo el año”.

¿A quién no le apetece un helado cuando aprieta el calor? Es que no hay verano sin helados, y Beatriz asegura que “siempre apetecen, pero tenemos que saber que son golosinas, de consumo ocasional y no todos son saludables. Ocasional es limitarlo a las características de cada persona y a la dieta que lleve cada uno: si alguien está comiendo helados todos los días, eso no es un consumo ocasional y habría que trabajar para reducirlo y optar por otro tipo de productos”.

Tomarse un helado tiene muchos efectos positivos, aparte del aspecto sensorial porque es un deleite para el gusto. Además, la mayoría de las veces se toma en familia o con amigos y llega a ser uno de los mejores momentos del día, algo que Beatriz comenta: “Podemos hacer, dentro de las opciones que tenemos, elecciones mejores o peores, pero pensar que es un alimento que no mejora la dieta ni está contemplado dentro de la dieta que recomendaríamos.

La clave está en la etiqueta, saber si nos estamos tomando un buen producto: “La composición es lo importante. Los hay muy engañosos, pero la base no falla: una base de leche, con más o menos cantidad de grasa procedente de la leche, y con proteínas que también proceden de ésta, ese es el helado típico. Hay otros que pueden llevar grasas que no son de origen lácteo y ahí empezamos a poner cara rara los nutricionistas porque ese tipo de grasas no son de aceite de oliva virgen extra precisamente sino aceites vegetales refinados de mala calidad y así empeora el perfil nutricional de ese helado. Y cuidado con los helados que se hacen pasar por saludables, como los sorbetes porque tienen fruta, o los de hielo que nos parecen más saludables porque es agua, pues debemos saber que es agua pero con una grandísima cantidad de azúcar añadido, es básicamente agua con azúcar congelada”.

Por ello, los helados artesanales son la mejor opción según explica Beatriz: “Generalmente sus ingredientes son leche, azúcar, huevo y, a veces, trozos de fruta, pero también sabiendo que llevan mucho azúcar del azucarero, podemos estar consumiendo fácilmente entre 15 y 20 gramos en cada helado, algo muy elevado sabiendo que el máximo que recomienda la OMS al día es de 25 gramos, y en algunos helados hay incluso 30 gramos de azúcar. Con un solo helado superamos el límite recomendado por la OMS”.

¿Has visto esos helados tan curiosos como los que son de cerveza, fabada, empanada y tantos otros? Beatriz los comenta también: “Generalmente lo que tienen son aromas y, por supuesto, parte de los mismos ingredientes, y suelen ser salados, pero nuevamente habría que ver la composición. Son alimentos con mucha grasa y para tomar ocasionalmente”.

Al final lo importante es fijarnos en los ingredientes y la información nutricional: “Que las grasas procedan solo de la leche, evitemos los que tienen grasa de palma o de coco porque son de menor valor. Y los azúcares también hay que fijarse porque a veces son engañosos, suelen ser aquellos alimentos que acaban en ‘osa’ como jarabe de glucosa, jacarosa…”

Sobre los helados veganos, que no llevan productos de origen animal como la leche o la nata, la experta detalla que “tendemos a equiparar la palabra ‘vegano’ con saludable, pensamos que es de origen vegetal y, por lo tanto, saludable. Pues atención porque los refrescos de cola son veganos ya que no llevan nada de origen animal y, sin embargo, no son saludables. Conclusión: no podemos equiparar vegano con saludable”. “Además vienen acompañados de otros reclamos como ‘ecológico’ o que llevan ‘azúcar moreno de caña’, siguen siendo productos que no debemos tomar habitualmente ya que siguen teniendo mucho azúcar, da igual que sea moreno o de caña, es azúcar. Dicho esto pueden ser una alternativa ocasional para personas que sigan ese tipo de dietas estrictas, pero desde luego no es saludable”.

¿Y si los hacemos caseros? ¿Hay alguno que pueda considerarse saludable? Sí, y así lo explica: “Debemos buscar ingredientes de buena calidad. Hay opciones caseras muy adecuadas como yogur con frutas, es recomendable batirlo previamente para incorporar aire y luego sacarlo y removerlo periódicamente o batirlo después de congelado y así no queda tipo polo sino cremoso. Luego podemos congelar plátano, aguacate, mango… lo sacamos, batimos y nos sirve como una crema congelada para añadir luego otros ingredientes”.

“Si en casa no tenemos helados industriales no los vamos a comer, es mejor hacerlos nosotros con ingredientes saludables, eso sin duda”, finaliza Beatriz.

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