Karina: "Subí un vídeo a las redes sociales y los jóvenes decían: ¡pero qué abuelita más achuchable!"

Se nota. En muchos detalles. Se nota que algunas facultades se nos están atrofiando. Por ejemplo, el ajuste con el futuro y con el pasado. Nos cuesta hacernos una idea de cómo será el porvenir, pero al mismo tiempo se nos hace doloroso retroceder a viejos tiempos. Y eso porque ahora todo es presente. Eso sí, un presente estancado, como un tiempo que no va para atrás ni para adelante. El futuro no va más allá de la semana próxima, y en ocasiones se confunde con el ayer.

Es de esperar que cuando los investigadores dejen de estar centrados en lo que están, se pongan a cavilar sobre este asunto de vivir a deshora.

Para hacer el experimento podrían servirse de un fenómeno que pone a las claras esa confusión de los límites del tiempo, y que podríamos denominar “efecto Karina”. Abarca medio siglo, y la sensación que nos deja es una desconcertante mezcla de ilusión por lo que fue y de nostalgia de lo que todavía no ha llegado. Es inquietante. Podemos experimentarlo juntos escuchando, incluso canturreando, dos momentos musicales que pertenecen a nuestro repertorio colectivo. El primero sonó por primera vez en el mes de abril de 1971.

La oficialidad del NO-DO daba cuenta del éxito de una joven de 24 años que ponía tono a la melodía que siempre ha encandilado a los que sueñan con un mundo de colores, que es el modo que tenían los españoles de entonces de ilusionarse con estrenar unos zapatos nuevos. Casi 50 años después, hace apenas tres semanas, otro revuelo. Esta vez con una cancioncilla esquemática, apenas esbozada, pero con toda la urgencia de la vida presente. Sí, es ella, Karina. La misma que nos decía que nuestros sueños de siempre se harán realidad en un mundo nuevo y feliz, medio siglo después nos da consejos para poner freno a una pesadilla. Es el “efecto Karina”. De fondo, la perturbadora indecisión de no saber si salir huyendo del futuro o sacar un billete hacia el pasado. Pero el enigma verdadero, el que nos seduce, es saber por qué hay unas pocas criaturas capaces de poner estribillo al anhelo de alegría que late a coro en todas las generaciones, por más que vengan tiempos desafinados.

Y eso es lo que ha contado Karina en Fin de Semana con Cristina López Schlichting en Fin de Semana. ¡Escucha la entrevista completa!