El duro camino de los inmigrantes hasta llegar a Europa, en COPE: "Necesitamos que nos acojan"

Sani Ladan cuenta en 'Fin de Semana' su periplo de dos años desde salir de Camerún hasta llegar a España, un camino en el que vio morir a muchos amigos

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Sani Ladan presenta en Fin de Semana su historia contada en 'La luna está en Duala...'

Redacción Fin de Semana

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Este sábado, Salvamento Marítimo rescataba a 23 inmigrantes a bordo de una patera localizada en aguas al sur de la isla de Cabrera, al sur de Mallorca. En lo que va de año se ha constatado la llegada de 38 pateras al archipiélago balear con 686 inmigrantes.

La llegada de inmigrantes no cesa. Pero como dice Sani, siempre hay noticias sobre aquellos que buscan una mejor vida lanzándose al mar, en embarcaciones cochambrosas después de pagar todos sus ahorros a las mafias, pero hay pocas noticias de los que se juegan la vida, también por el sueño de una vida mejor, por tierra, atravesando fronteras y, muchos, perdiendo la vida en el desierto.

Sani Ladan consiguió llegar a España, pero el camino desde Camerún hasta nuestro país puede se calificado de muchas formas, ninguna como aventura.

'La luna está en Duala'

Sani Ladan desde que era pequeño, sabía que quería ser periodista. Y cualidades para ello no le faltaban: Era vivaz, inquieto, curioso. En su colegio le encargaban en ocasiones dar discursos. Los que le conocían bien eran consciente de su talento. Lo único es que en Camerún, en el lugar en el que Sani nació, era muy difícil labrarse una carrera.

Por eso, Sani Ladan decidió poner rumbo a un sitio dónde podría dedicarse a una de sus grandes pasiones: estudiar.

Lo único es que, a diferencia de lo que podría pasar en aquí, no se trató de un simple cambio de ciudad. El sueño de Sani le empujó a un viaje de más de dos años por África. En esos meses, Sani esquivó la muerte, pero vio morir a varios amigos. En esos meses, Sani no supo nada de su familia. Salió de casa siendo solo un adolescente. Abandonó su Camerún natal y llegó hasta la frontera sur de Europa.

Sani Ladan, ahora, es analista internacional e investigador especializado en temas relacionados con Oriente Medio, África central y Occidental y acaba de publicar ‘La luna está en Duala y mi destino en el conocimiento‘ en el que cuenta ese largo viaje de dos años en los que se enfrentó a muchas desgracias, violencia como la de Boko Haram, pero sobre todo a la miseria humana.

Y eso que Sani, que nació en Duala, la capital económica de Camerún vivía en una familia feliz- criado en una familia musulmana, pero en un barrio principalmente cristiano, estudió en un colegio católico-, rodeado de familia y de amigos.

Pero como veía futuro en Camerún cogió el dinero que le habían dado sus padres y su abuela para estudiar y, sin decirles nada, se marchó de casa. "Salí de Africa para formarme para estudiar y la realidad del proceso hizo que perdiera la adolescencia en el camino", cuenta a Diego González durante su entrevista en Fin de Semana COPE.

"Fue muy duro el no poder llamarles y decirles dónde estaba", y así fue durante los dos años que duró ese periplo por África hasta llegar a Córdoba.

"En el norte de África hay una negrofobia violenta"

Su primer destino fue Nigeria, "llegué allí para estudiar con el dinero que me habían dado mis padres para los estudios y allí comienzan las dificultades del camino, me roban el dinero y me encuentro con Boko Haram", recuerda Sani.

Describe cómo actuaban los terrorista, "entraban en los pueblos con el afán de reclutar, pero de una manera muy violenta, tenías que salir huyendo". Sani consigue esquivarles y se esconde en "un camión que se dirige a Níger y ahí comienza una nueva etapa".

A lo largo de ese camino Sani Ladan se dio cuenta de que la mayor xenofobia se da en su continente en África, "en el norte de África hay una negrofobia total, no te dejan ni viajar en tren".

En Argelia se da cuenta de que es imposible cumplir su sueño de estudiar. A Argelia llega atravesando el desierto donde mueren miles de personas y no se dice nada, al contrario de lo que sucede con los que fallecen en el mar.

Sani perdió en el camino a Ibrahim una de las tres personas con las que empezó el recorrido por el Sahara, porque pasaban días sin comer ni beber.

Los gobiernos deben entender la acogida a los inmigrantes de otra manera

De Argelia llega a Marruecos, donde vivió en un bosque durante un año, "aquí aprendí el significado de tres palabras, supervivencia, resistencia y resiliencia. Casi todos los que encontré allí habían fracasado en su intento de entrar en Melilla". Sin embargo, Sani salió de Marruecos y entra en Península por Ceuta y es cuando habla con sus padres por primera vez en dos años.

De Ceuta lograría llegar a Tarifa y por fin llega a Córdoba donde conoce a dos mujeres, María José e Inés que le abrieron las puertas de su casa. Gracias a ellas Sani Ladan es hoy un gran profesional y tiene un futuro por delante.

Por ello, pide a las sociedades y, sobre todo, a los gobiernos que cambien sus políticas hacia los inmigrantes porque "los inmigrantes necesitamos que nos den acogida, que alguien se preocupe por nosotros, que nos de cariño, que nos pregunte por la mañana cómo estás. Los gobiernos deben entender la acogida de otra manera porque las personas que vienen también pueden y aportan mucho a la sociedad"

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