Marta Bustos, la joven que recuperó la visión tras un accidente con sosa cáustica: "Ha sido un milagro"
Esta joven española sufrió un accidente que le quemó el rostro y los ojos y nos contaba en 'Fin de Semana' cómo fue volver a ver tras estar un año ciega
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Era junio de 2020. Todo el planeta seguía con incertidumbre la pandemia de coronavirus. Estábamos en shock y sin saber muy bien cuánto se iba a extender la situación que estábamos viviendo. Durante esos meses de confinamiento todos desarrollamos habilidades. Hay gente a la que le dio por cocinar, otros limpiaban en profundidad sus hogares y a Marta Bustos le dio por hacer jabón casero. Era algo que ya hacía desde tiempo atrás pero un día al mezclar la sosa cáustica, agua y aceite, algo fue mal.
Una reacción química hizo que aquello explotase. Marta sufrió graves quemaduras ese día en su rostro. También en sus ojos. Esta joven española, de Terrasa, se encontraba muy lejos de casa. Vivía desde hacía poco tiempo en Estados Unidos, algo que complicó más aún la situación. A partir de ese momento comenzó una gran historia de superación y de resiliencia que ahora cuenta en su libro 'Cuando perdí mis ojos marrones': “La vida le dio al botón de pausa sin pensarlo” explicaba en Fin de Semana.
“Nunca había tenido problemas con la sosa cáustica tarde era la segunda tanda de jabón que hacía. Para ello, desprecinté un bote de sosa y pienso que estaba en mal estado. Son motivos en los que no puedo permitirme pensar. Porque si no acabas torturándote y cayendo en un pozo de tristeza”. Ese día hacía calor, explica. Las gafas de protección le quedaban algo grandes de forma que, al explotar el producto, salieron volando. “Con las sensaciones que experimenté pensé: De ninguna forma mis ojos pueden sobrevivir este dolor. Fue una aceptación inmediata”.
Ante la terrible situación, Marta y su familia pensaron en hacer un vídeo para recaudar dinero suficiente que cubriera los gastos del ingreso hospitalario en EEUU, así como el tratamiento: “Gracias a Dios recaudamos mucho dinero”. Finalmente, tras su traslado a España, consiguió mejorar mucho el pronóstico que le plantearon en EEUU: “Los oftalmólogos españoles me contactaron para decirme que podían salvar mis ojos. Fue todo una locura. Cuando lo pienso se me remueve todo”.
Recuperar la visión, lo que sigue causándole escalofríos
En Estados Unidos le dijeron que no podría recuperar la visión en el momento en el que tuvo el accidente, algo que ella misma había asumido nada más quemarse la cara. Lo que no esperaba es que, al llegar a España, pusieran todo de su parte para recuperarlo. Ahora, la visión que tiene es justo por el ojo que daban por perdido.
"Lo que me han hecho en el ojo derecho es curiosísimo, es fascinante. No veo como veía antes, pero he recuperado un 100% contra todo pronóstico, pero es una prótesis, como una cámara" explicaba. Además, nos contaba cuál es ese proceso que sigue para cuidárselo todos los días y cómo hace para regular la luz.
Asegura, eso sí, que se trata de algo muy delicado que le produce tener, en términos coloquiales, una enfermedad crónica. "De lo que tenía antes a lo que tengo ahora, ha sido un milagro, estoy agradecidísima" explicaba.
Pero, cuando intenta contarnos cómo fue la sensación de volver a ver, tras un año ciega, no encuentra las palabras: "no es de este mundo" empezaba a decirnos. "Se me pone la carne de gallina. Es como todos tus mejores momentos, todo multiplicado por un millón, es lo mejor que he sentido nunca". Lo que no sabe es que, ella, con toda su historia, nos ha dado una inmesa lección.