'Crónicas perplejas': "Cuando uno se acerca a una película, libro o disco, no busca premios ni reconocimientos"

Habla Antonio Agredano de los Óscar

Antonio Agredano

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En esta sección de 'Herrera en COPE', Antonio Agredano mezcla lo “cotidiano y exótico” con una particular visión de las cosas de la vida capaz de equiparar con lo más sorprendente en sus 'Crónicas perplejas'. 

No me gustan los premios. No me gusta que un puñado de personas digan lo que es bueno o es malo, lo que es mejor y lo que es peor, lo que hay que ver y lo que no. Desconfío de la gente que dice ser objetiva y me preocupa que el criterio de unos pocos se imponga sobre el criterio de muchos lectores, espectadores u oyentes. Me los tomo como un entretenimiento. Poco más. El público y el tiempo son los soberanos.

Quizá digo esto porque jamás he ganado un premio. Y a alguno me he presentado. O quizá diga esto porque no me interesaron películas muy premiadas y muy aplaudidas, y porque abandoné libros con fajas elogiosas y galardones, y porque no soporto a algunos señores y a algunas señoras homenajeados y celebradísimos.

Los Óscar los sigo desde lejos. Vi 'La Sustancia' y me pareció horrorosa. Es imposible que me tome en serio una gala donde se tomen en serio a esa película. El resto de películas las iré viendo, sin prisa. Porque si el cine es bueno, no caduca.

Porque cuando uno se acerca a una película, o a un libro, o a un disco, no busca premios ni reconocimientos. Busca consuelo, emociones, evasión. Busca un pellizco dentro. Una historia, una canción, unas palabras que le toquen en el alma. Dan igual si han ganado un Óscar, o un Grammy o un Nobel.

Cada uno tiene sus referentes, sus sentimientos, sus cicatrices. Las películas que recuerda en la oscuridad del cine. Los discos que nos acompañaron en las tardes de domingo. Aquellos libros que miramos en la estantería aun con vértigo. Quizá pasaron desapercibidos. Quizá perdieron su premio en el último momento. Quizá envejecieron pronto.

Pero ahí estarán siempre para nosotros. No hay mayor premio que haberle dedicado nuestro corazón y nuestro tiempo. No hay mayor premio que sentir que nos acompañarán siempre. Porque ese es el único reconocimiento que yo entiendo.