'Crónicas perplejas': "Si algo aprendimos de niños, es que todo es posible"

Habla Antonio Agredano de las películas de Disney y de la ilusión que tenemos de pequeños 

Antonio Agredano

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En esta sección de 'Herrera en COPE', Antonio Agredano mezcla lo “cotidiano y exótico” con una particular visión de las cosas de la vida capaz de equiparar con lo más sorprendente en sus 'Crónicas perplejas'.

Crecer es dejar de creer. O esa sensación me da muchas veces al hablar con unos y con otros. Como si la vida adulta exigiera demasiada seriedad, demasiado sarcasmo y demasiado protocolo.

Yo entiendo que la infancia debe acabar en algún momento. Que no podemos vivir eternamente aquellos días. Que es mejor ir dejándolos atrás y buscar nuevas emociones y nuevos espacios. Que ya hay un Peter Pan. Pero siempre hay que llevar en la mochila, al menos, un poquito de aquello que sentíamos entonces.

Es cierto que los amores no son como los de las películas. Ni las amistades son tan férreas. Las peripecias cotidianas son muchos menos excitantes. Y que, a la hora de la verdad, no somos tan valientes como en el cine. De hecho, ser adulto es dudar. Dudar, sobre todo, de nosotros mismos.

Pero, si algo aprendimos de niños, es que todo es posible. Y, aunque suene ingenuo, aunque suene almibarado, aunque parezca irreal, creo que es así. Que la vida es tan maravillosa que siempre nos deja una puerta abierta a la esperanza, a la redención, al amor y al regreso.

Que somos protagonistas de nuestras propias películas. Quizá no tan coloridas, quizá no tan glamurosas, pero donde jugamos con los mismos sentimientos. No somos príncipes ni somos heroínas, no vamos a salvar el mundo, pero sí podemos salvarnos a nosotros mismos. Salvarnos de una vida vulgar y pequeña.

      
             
      

Y lanzarnos con el corazón a la aventura. A viajes extraordinarios. A amores inolvidables. Porque aún arde en nosotros ese fuego infantil de querer creer, de querer vivir, de querer romper una realidad que nos encorseta y nos abruma.

No hay nada peor, no hay nada más aburrido, que alguien que cree venir de vuelta de todo. Yo quiero pasar la vida entera yendo a sitios que no conozco sin pensar en el retorno.