'Crónicas perplejas': "Colecciono días vividos, emociones. Colecciono momentos para combatir el olvido"

Habla Antonio Agredano de coleccionistas y de colecciones

Antonio Agredano

Publicado el

2 min lectura

      
      
             
      

En esta sección de 'Herrera en COPE', Antonio Agredano mezcla lo “cotidiano y exótico” con una particular visión de las cosas de la vida capaz de equiparar con lo más sorprendente en sus 'Crónicas perplejas'. 

Guardar cosas es algo muy nuestro. Convertir objetos no muy valiosos en pequeños tesoros sentimentales. Muñecos que nos llevan a la infancia, dedales que nos recuerdan a nuestras madres o posavasos con las que revivimos nuestro paso por aquellos palacios cotidianos que son los bares.

Nunca he sido buen coleccionista porque nunca he sido demasiado disciplinado. Una vez quise montar un cuerpo humano en fascículos y ni siquiera terminé el esqueleto. Nunca monté trenes, o aviones, o enciclopedias de dinosaurios. Soy un hombre de principios. Es decir: casi nunca termino nada.

Pasado el tiempo, ya a mis cuarenta y cuatro años, pienso en que, en realidad, la mejor colección no ocupa ni un centímetro en nuestras estanterías. Porque la mejor colección es la que llevamos dentro.

Esa sucesión de instantes, esa memoria que nos desborda a veces, algunas noches jóvenes e inesperadas, algunos abrazos, las despedidas, las bienvenidas, esas carcajadas que empiezan y no paran, aquel vino compartido, aquella mañana gris en la playa. La familia, los afectos, el olor del puchero, nuestro primer paseo por Roma, el café burbujeando un domingo en nuestro primer piso compartido con aquel amor que duró menos de lo esperado. Todo queda ahí. Amontonado. En el cofre del pecho.

Todos somos coleccionistas. Y quizá el tesoro es nuestra propia vida. No tienen precio esos segundos amontonados. Y algún día, dentro de muchos años, tomaremos esa vida en nuestras manos y pasaremos lentamente sus páginas invisibles. Como un balance de lo que fuimos.

      
             
      

Guardo nombres y guardo afectos. Guardo besos y guardo sabores. Guardo algunas lágrimas y muchas sonrisas. Guardo lo que soy. Colecciono días vividos. Colecciono emociones. Colecciono momentos para combatir el olvido.

Temas relacionados