'Crónicas perplejas': “Los bulldogs franceses siempre me habían parecido perros muy simpáticos”
Cuenta Antonio Agredano la experiencia que tuvo hace años con el perro de una amiga de su pareja
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En esta sección de ‘Herrera en COPE’, Antonio Agredano mezcla lo “cotidiano y exótico” con una particular visión de las cosas de la vida capaz de equiparar con lo más sorprendente en sus "Crónicas perplejas".
Una vez iba de la mano yo con una novia que tenía, por Málaga, y se encontró con una amiga suya que iba paseando a un bulldog francés. Que siempre me habían parecido perros muy simpáticos.
Ella le dio dos besos a su amiga y me la presentó y al acercarme yo a darle dos besos el perro empezó a gruñirme. Y me dijo ella: Es que te has acercado muy rápido a mí, y claro, Chipi se pone a la defensiva”. Y pensé: “Mal empezamos”.
Ellas siguieron hablando, contándose las vidas, y Chipi me miraba como Clint Eastwood miraba a los forajidos en 'Sin Perdón' antes de sacar el revolver. Yo, claro, el perrillo me tenía asustado. Y pasó lo que tenía que pasar, en un momento me giré hacia mi novia, y Chipi desenfundó.
El perro saltó hacia mí y como esos perros son pequeños me llegó a la rodilla y ahí se quedó colgando. Yo gritando y la dueña tirando y a mi novia, por los nervios supongo, le dio por decirme: “Suéltalo”. Como si fuera yo el que lo tenía cogido a él.
Total, que finalmente se soltó, yo sangrando por la rodilla. El vaquero destrozado y me dice la dueña: “Es que se veía venir. Tienes muy mal aura para los animales y Chipi es muy sensible”. Y yo: “¿Cómo?”. Y me dice, yo sangrando, y me dice: “Es que tu actitud era hostil y él lo único que ha hecho es defenderse”.
Mi novia me cogió del brazo y tiró de mí diciéndole adiós a la amiga con la mano y Chipi se quedó allí ladrándome. Agredano 0-Chipi 1. “Qué locura”, le digo a mi novia. Y me dice: “Yo te curo y te limpio y te cuido”. Y pensé: “Pues mira, no hay mal que por quien no venga”, y ella puso su cabeza mi hombro y perdimos a ese perrito celosón de vista y yo fingí un poco de cojera para hacerme la victimilla un rato más.