'Crónicas perplejas': “Dejo a mis hijos en la puerta del colegio sabiendo que van a vivir años maravillosos"

Habla Antonio Agredano del colegio y de estudios; de alumnos y profesores y de repetidores

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Los recuerdos de Antonio Agredano del colegio, de los profesores y los compañeros

Antonio Agredano

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En esta sección de ‘Herrera en COPE’, Antonio Agredano mezcla lo “cotidiano y exótico” con una particular visión de las cosas de la vida capaz de equiparar con lo más sorprendente en sus "Crónicas perplejas".

La tabla del siete. Soñaba con ella. Hasta el siete por tres me defendía, pero a partir de ahí, un caos. Todos hemos tenido nuestros agujeros negros en el colegio. Para mi amigo Rafa, lo de los objetos directos y los complementos circunstanciales se le hacía muy cuesta arriba. “Yo para que quiero saber lo que es sujeto y predicado si de mayor voy a ser electricista y me voy a poner a trabajar con mi padre”, decía.

Y así fue. Pero se sacó el graduado como pudo y luego ya el FP lo bordó. Yo siempre he sido buen alumno, bueno en el sentido machadiano, pero un poco perezoso. En primero de BUP vino mi profesor de matemáticas, Paco se llamaba, y me dijo: “Jamás he tenido un alumno tan malo como tú, pero tienes tan buenas notas en todo, que te voy a pasar la mano al menos hasta el año que viene”. Y así llegué hasta selectividad, donde ya se me vieron las costuras. Un uno y medio saqué.

Echo de menos aquellos días de colegio. De mochilas pesadas, cambios de clase y partidos en el recreo. Echo de menos aquellos pequeños esfuerzos. Pequeños comparados con esta vida adulta llena de exigencias, responsabilidades y frustraciones.

Echo de menos estudiar. Aquella curiosidad. El entusiasmo y la paciencia de nuestros maestros y profesores. Aún hoy recuerdo algunas de sus lecciones. No somos conscientes de cuánto de aquella labor se quedó en nosotros y nos sirvió para afrontar los retos de esta otra vida.

Dejo a mis hijos en la puerta del colegio sabiendo que van a vivir unos años maravillosos. Sean buenos o malos estudiantes, repitan o saquen menciones de honor. Su camino será el que ellos quieran que sea. Pero lo importante es avanzar por esa senda. La de la tabla del siete, la de los objetos directos, la de la esperanza en lo que viene. Porque la vida va en serio. Y eso es algo que también se aprende en el colegio.

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