'Crónicas perplejas': “ Quizá el futuro sólo sea desprenderse de esta angustia tecnológica”

En esta sección de ‘Herrera en COPE’, Antonio Agredano mezcla lo “cotidiano y exótico” con una particular visión de las cosas de la vida capaz de equiparar con lo más sorprendente en sus "Crónicas perplejas".

Toda casa tiene un cajón lleno de aparatos sin uso. Un cementerio de ilusiones donde libros electrónicos descansan eternamente junto a videoconsolas portátiles y reproductores de mp3 cargados de canciones de Álex Ubago y La Oreja de Van Gogh.

Yo siempre he sido un novelero, como dicen por aquí, una de esas personas que encuentran algo mágico en la novedad. Ya cuando era niño les pedía a mis padres un walkman de esos en los que la cinta se giraba sola o soñaba con tener el vídeo VHS que tenía dos pletinas para duplicar películas o insistía en Reyes para que me trajeran una videocámara handycam para grabar mis propios cortos, aunque nunca cayó.

Ahora que acumulo trastos inútiles que me acompañan de mudanza en mudanza, pienso cuánto podría reducir tanto invento en mi vida. Y fantaseo con la idea de vivir con menos tonterías. Quizá la modernidad es volver a lo básico. Quitarnos ese peso que es aspirar siempre a lo último.

Porque es una carrera imposible. Siempre hay algo nuevo que supera lo anterior. Siempre hay un cacharro más pequeño, más bonito, más útil. Siempre vamos a perder esta competición contra la novedad… y con nosotros, también pierde nuestro bolsillo y nuestra paciencia. A veces parecemos niños en una juguetería. Idéntica mentalidad. El todo, ahora.

A veces, fantaseo con mi vejez. Pienso en cómo seré dentro de unos años. Y siempre tengo la misma imagen recurrente. Sentado en un buen sillón, leyendo tranquilamente y compartiendo un buen vino junto a una persona a la que amo. Ni rastro de pitiditos, ni cables, ni cargadores. Sólo ella y yo viendo la luz entrar por la ventana. Quizá el futuro sólo sea desprenderse de esta angustia tecnológica. Será cosa de la edad, que me hago mayor… pero empiezo a encontrar aún más placer en las cosas de siempre, ese refugio que a veces nos dan lo efímero y la sencillez.

'Crónicas perplejas' de la semana de Antonio Agredano

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