Santi González: “Sánchez no dice nada sobre Venezuela para no mosquear a Iglesias"
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El análisis de la actualidad de Santi González en 'Herrera en COPE'.
Recordaba John Müller en su cuenta de Twitter que en tal día como ayer, 23 de enero de 1958 caía en Venezuela el dictador Marcos Pérez Jiménez. 61 años más tarde los venezolanos se han echado a la calle masivamente, como entonces y el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, se proclamó presidente interino. Pablo Neruda, que acertaba cuando escribía de los dictadores de derechas escribió sobre la caída de Pérez Jiménez en ‘Canción de Gesta’: “Hasta que por las calles de Caracas/ las bocinas de unieron en el viento./ Se rompieron los muros del tirano/ y desató su majestad el pueblo”.
Todas las naciones de América menos una reconocieron al presidente interino tras las huellas de EEUU y Canadá, los primeros en hacerlo. Falta México que se lo está pensando. ¿Y qué pensará de esto el doctor Pedro Sánchez? Nada, porque no quiere que se le mosquee Pablo Iglesias y le retire su apoyo para seguir de okupa en La Moncloa. Borrell no perdió ocasión de decepcionar y puso como objetivo “preservar la unidad de acción” con la UE. Los 27 la están peinando, pero el papel del Gobierno de España es patético al camuflarse entre Bélgica, Checkia y Letonia, como si los lazos de Venezuela con España fuesen irrelevantes, como si la autoridad en el asunto fuera el monumento a la indignidad con que Zapatero puso fin a su carrera como aliado de Maduro.
La represión bolivariana lleva ya 13 muertos y no se podría afirmar que el Ejército acabe actuando como en 1958. Pero en el fin de Pérez Jiménez hay una idea para Maduro: se asiló en la España franquista, con los 250 millones de dólares robados al patrimonio venezolano. La España que sostiene al doctor Fraude en La Moncloa lo acogería gustosa con sus narcodólares. Ahora, que un tipo como Juan Carlos Monedero da charlas a generales y jefes militares en el CESEDEN, sin que al Gobierno se le escape una tos, hay que parafrasear una de sus consignas a la chusma bolivariana sin el nombre de Chávez: Cinco palabras (que eran siete): “Venezuela, Venezuela, Venezuela y Venezuela, ¡carajo!”