Así se gestó la detención del yihadista que quería inmolarse en la Semana Santa de Sevilla

Javier Negre dedica el Informe Negre de esta semana al yihadista que tenía pensado atentar en plena Semana Santa sevillana.

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Informe Negre, con Javier Negre (22/04/2019)

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

5 min lectura

Zouhair El Bouhdid, de 23 años, fue arrestado el 9 de abril en Casablanca por la Policía marroquí en un operación dirigida por el Juzgado Central de Instrucción número 4 y la Fiscalía de la Audiencia Nacional.  La Policía Nacional y nuestros servicios de inteligencia llevaban varias semanas siguiendo sus pasos y observaron cómo el 9 de abril viajó a Marruecos desde Málaga en compañía de otra persona con la excusa de un seminario organizado por el Ministerio de Inmigración marroquí. Su madre en su primera declaración había hecho creer que se encontraba ya en Marruecos cuidando de su abuela enferma.

La Policía avisó de sus planes a las autoridades policiales marroquíes que rápidamente procedieron a su arresto. Este miércoles, agentes de la Policía Nacional registraron su vivienda familiar en Sevilla, le requisaron pendrives, móviles…y el pasado viernes ingresó en la cárcel de Salé, cercana a Rabat, tras ser acusado por la Fiscalía General del país africano preparar un atentado terrorista en la capital andaluza.

Según fuentes de la investigación, el detenido habría confesado a la policía marroquí su intención de inmolarse entre la multitud que ha salido estos días a la calle para disfrutar de las procesiones de la Semana Santa. Fuentes próximas a la investigación añaden que su objetivo era emplear triperóxido de triacetona, un explosivo de fabricación casera conocido también como la 'madre de Satán' por su alto poder destructivo y que era el material que también prepararon los terroristas de Barcelona para atentar en Barcelona y que explosionaron un día antes en el chalé de Alcanar.

Se trata del material más utilizado por el Estado Islámico por su facilidad para elaborarlo con simples productos de perfumería. En el registro de su vivienda no se encontró ninguna sustancia, pero su plan era regresar a Sevilla con tiempo suficiente para poder elaborarlo. No tenía claro qué día atentar ni había preparado ya la logística, aunque en un acontecimiento como la Semana Santa, donde se forman grandes concentraciones humanas en calles estrechas, cualquier detonación, por pequeña que fuera, podría haber provocado estampidas o avalanchas que probablemente habrían causado víctimas. Incluso sin explosivo seguía representando una amenaza.

Según sus profesores del grado de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Sevilla no era una persona que destacase por sus comentarios radicales y pasaba bastante desapercibido. Los yihadistas también son conscientes que las fuerzas antiterroristas también se infiltran en las aulas para detectar a alumnos radicalizados. Sus vecinos en la deprimida barriada de La Eminencia también hablan de él como un chico nada problemático. Sin embargo, fuentes de la investigación apuntan que este joven pudo haber vivido un proceso de radicalización exprés, algo cada vez más habitual y que hace más difícil que sean detectados antes de cometer atentados. El chico dejó a un lado sus estudios en la Universidad de Sevilla para volcarse en el consumo de vídeos y textos del Estado Islámico.

El Bouhdidi solía acudir a la mezquita Al Baraka, bendición en árabe, que está a 150 metros de donde reside la familia y que lidera su padre como imán. Según fuentes de la investigación, el padre del sospechoso es conocido en la comunidad musulmana de la capital hispalense por su adscripción al salafismo, una corriente del islam extremadamente rigorista que propugna la aplicación de la sharía o ley islámica, rechaza la integración de los musulmanes en el mund occidental, considera que el islam es la única religión verdadera y sitúa a la mujer varios escalones por debajo del que supuestamente ocupa el hombre.

Los salafistas no ejercen la violencia, pero pueden llegar a justificarla. Ese conjunto de factores es lo que ha hecho que los expertos consideren que esa visión de la fe islámica es el caldo de cultivo perfecto para que pueda desatarse un proceso de radicalización como el que podría haber sufrido Zouhair en los últimos meses.

Durante el interrogatorio, el joven admitió que había comunicado sus planes al Estado Islámico y que había quedado a la espera de recibir nuevas instrucciones. Durante su declaración en Marruecos, Zouhair dio los nombres de cuatro conocidos que también residen en Sevilla y que igualmente están siendo investigados. Los agentes de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional, en colaboración con el CNI, tratan ahora de identificar a las personas que formaban parte del círculo más íntimo de Zouhair para descartar que contara con colaboradores o algún tipo de infraestructura.

Las diligencias se están centrando en la mezquita que lideraba su padre para descubrir si otros asistentes siguieron los mismos pasos del joven por la influencia salafista de su progenitor. En el sunismo (la corriente mayoritaria en el islam y la que profesaba el detenido), el imán tiene un amplio margen para interpretar el Corán y dirigir el rezo. No es de extrañar que el cerebro de los atentados de Barcelona también fuera el imán la mezquita de Ripoll, Abdelbaki es Satty.

El Estado Islámico lleva meses pidiendo a sus seguidores que atenten en los países en los que viven para tratar de contrarrestar las derrotas que ha sufrido el grupo en Siria e Irak, donde ya ha perdido todos sus bastiones. Es una forma de demostrar que su ideología sigue viva. Precisamente, el pasado domingo se difundió un vídeo en canales de Telegram frecuentados por miembros del ISIS en el que prometían atentados contra la Semana Santa de España. Se está investigando la vinculación del terrorista con un vídeo que ha circulado en los últimos días en varios grupos yihadistas de Telegram y en el que se anima a lanzar ataques contra las diferentes celebraciones de la Semana Santa en España.

Las imágenes, de un minuto de duración y producidas por un órgano de propaganda del Estado Islámico autodenominado Fundación Muntasir Media, incluyen secuencias de los atentados de Barcelona de agosto de 2017 y, también, de las procesiones que recorren estos días las calles de Valencia y Málaga. También pueden verse escenas de calles abarrotadas de ciudadanos. El Estado Islámico también tenía otros motivos para fijarse en la Semana Santa de Sevilla, como su enorme proyección internacional y ahora el ISIS necesita más publicidad que nunca y la gran carga simbólica de esta celebración.

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