Del Val: "Creo que me encuentro en la fase de cuarto de enfado creciente"
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Me pregunto a mí mismo en qué fase estoy, y creo que me encuentro en la fase de cuarto de enfado creciente. Hasta llegar a la luna llena de la desilusión me aguardan tres fases más. Falta poco, porque estas fases no son de siete días, sino de dos o tres, ya que no pasan 24 horas sin que una adolescenta no te proporcione motivos para un grado de enojo superior. La penúltima ha sido la de Irene Montero, que caminaba con vocación de llegar a ser Evita Perón y se ha quedado en boquirrota superdrástica, o boquirrota “superdrástica, tía”, que es más cercano y coloquial.
Aún no nos habíamos repuesto y nos llega la noticia de otra Montero, María Jesús, ministra de Hacienda, que no ha cumplido ninguna de las reglas que exige el Ministerio de Hacienda a los ayuntamientos, a las autonomías y al propio Gobierno. El déficit subió hasta los 16.187 millones de euros. Siguen gastando más de lo que se recauda, y como la Economía se hunde y el paro crece, y en Economía no hay milagros, ni siquiera los jueves, estamos en vísperas de que llegue el cobrador del frac, o sea Bruselas, donde tendrá que ir María Jesús Montero a explicar que seguimos siendo unos manirrotos, y ya se sabe que en Bruselas, a la hora de proporcionar préstamos y dinero a fondo perdido lo que más les entusiasma son los avances en la lucha contra el heteropatriarcado. En el Banco Central Europeo dirán “Hombre, llevan dos años aumentando el déficit, y sin cumplir las normas presupuestarias, pero hay que reconocer que en la lucha contra el heteropatriacado no ahorran esfuerzos y ahí tienes la manifestación del 8 de marzo, y, encima, son los primeros en número de muertos por millón de habitantes y en personal sanitario contagiado”.
Por cierto, quedan guantes para un par de semanas en los hospitales y se teme un desabastecimiento, pero no sea ignorante y critique al ministro Illa y a Simón del desierto, porque todos los que los criticamos somos ignorantes, según ha decidido el doctor en Economía, Pedro Sánchez. Le denomino Simón del desierto, porque a pesar de los 11 muertos de Madrid no hubo ninguno en su contabilidad. Se asoma Simón a su particular depósito de cadáveres y ya lo encuentra desierto, albricias, cómo no se le había ocurrido a nadie antes un método tan ingenioso. En la II Guerra Mundial perecieron más de 70 millones de seres humanos, pero si hubiera estado allí, contando a los muertos, Simón del desierto igual no pasaban de 100.000.
Pero el progresismo no se para sólo en lo económico o en la eficaz lucha contra la aritmética del coronavirus, sino que la socialista Armengol ya ha logrado borrar el castellano de la enseñanza infantil. ¿Y cómo aprenderán los niños la segunda lengua más hablada en el mundo occidental? Francina Armengol tiene la solución: viendo la televisión. ¿Cómo aprende inglés y alemán un camarero en Mallorca? Sirviendo cervezas a ingleses y alemanes. Como al niño no le vas a poner a servir cervezas, pues que vea la televisión. Mallorquín, madrileño o andaluz ¿En qué fase se encuentra usted? ¿En cuarto de ilusión menguante o en cuarto de cabreo creciente? Y, por favor, cuando escuche lo de “saldremos más fuertes”, aguante la risa… o las lágrimas.