Del Val: "El politiqueo denigrante es el que nos lleva a que se prorrogue el estado de alarma"

00:00

Luis del Val

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

A punto de iniciarse el último decenio del siglo pasado, un Rafael Matesanz, tan sabio como inspirado, planificó el sistema nacional de trasplantes, y fue tal el acierto que muchos países enviaron observadores a España, comprobaron su eficacia, y lo imitaron. Hoy, el respetado médico, escribe un artículo en la tercera de ABC, que no voy a decir que sea de obligada lectura -porque a los liberales nos repugna lo obligatorio- pero sí bastante recomendable para entender el desastre en el que nos encontramos, con visos de prórroga.

Recuerda el doctor Matesanz que, desde la creación de la Organización Nacional de Trasplantes, en 30 años ha habido 18 ministros de Sanidad, lo que supone que duran una media de año y medio.

En el artículo que recomendamos, su autor es tan elegante que no recuerda que un ministro, mejor dicho, una ministra, le cesó para demostrar quién manda, por cierto la misma ministra que, ante el peligro del llamado mal de las vacas locas, recomendó que no se hiciera caldo con hueso de vaca, lo que provocó el ridículo entre el personal sanitario, con lo que quedó demostrado que también en el PP puede salir una adolescenta ministra, y que las ministras pueden cesar, pero no tienen poder para para detener el ridículo.

Al final de la lectura, me ha dejado el sabor ceniciento de comprobar cómo se podrían haber ahorrado miles de vidas, cómo el más alto porcentaje de contagiados lo aportan, precisamente, quienes luchan contra el contagio en primera línea, y una cifra que me llegó ayer, más de 40 médicos fallecidos por el coronavirus. La vida de un médico es igual de valiosa que la de un enfermero, un auxiliar, o un celador, es decir, que a ese dato conocido habrá que añadir otros medios centenares repartidos en los diferentes sectores.

Ni siquiera en países del Tercer Mundo, ante epidemias mucho más terribles, ha habido ese escandaloso porcentaje de contagiados y cadáveres, y basta hablar con Médicos sin Fronteras, o cualquier otra organización semejante, que opere en tierras de economía cercana a la miseria, para constatar nuestro terrible liderazgo en muertes extraídas del sector que lucha contra las muertes Esas tardanzas, esas dilaciones, ese politiqueo denigrante, esa irresponsabilidad es la que nos lleva a que hoy se prorrogue el estado de alarma, injusto, porque trata igual al contagiado que al curado, al curado que al sano, y discrimina al mayor del maduro, donde un ciudadano de 70 años, sano, tiene menos libertad que un asintomático peligroso que va a trabajar. Y eso, porque todavía no se han llevado a cabo los tests necesarios, ni las pruebas imprescindibles, ni ese rastreo del que nos hablaban como si fuera una película de ciencia ficción, y lo peor es que era ficción.

Dentro de unos minutos comienza el pleno en el Congreso. Y se guardará un minuto decoroso de silencio por los fallecidos, y, a continuación, se tirarán los muertos de los que no saben contarlos, sobre los que señalan que hay que contarlos, pero ninguno resucitará. Y, a lo peor, esa mujer que me cogió la mano, un día, en un hospital, y me llamó por mi nombre, sin conocerme, ya no volverá a hacerlo con nadie, porque la enviaron a trabajar con la protección de una bolsa de basura.

Programas

LOS ÚLTIMOS AUDIOS

Último boletín

04:00H | 22 DIC 2024 | BOLETÍN