Del Val: "Ahí están los diputados, que van a llevar tres meses cobrando la nómina, y han trabajado tres días"

¡Qué alegría, Carlos, qué inmensa alegría! Por fin, la semana de 37 horas y media, que va a prometer Pedro I, El Mentiroso, a propuesta de la comunista Yolanda Díaz, oye, y sin hablar con los sindicatos, ni con la patronal, para no perder el tiempo; y lo siguiente va a ser la semana de cuatro horas de trabajo, que contigo no voy a hablar porque estás con mucho lío, pero ya le he comentado a nuestra productora, María Luisa Núñez, y le he dicho que vendré a trabajar, martes, miércoles, jueves y viernes, y que el lunes me alargo el fin de semana, con lo que ya puedo cantar una jota de mi tierra, que dice: “quisiera ser guacamayo/ y tener ojos azules/ para tocarme los huesos, sábado, domingo y lunes”.

A muchos les parecerá exagerado, pero ahí tienes a los diputados del Congreso, que van a llevar tres meses cobrando la nómina, y han trabajado tres días. Lo de la presidente del Congreso, doña Francina Armengol, es todo un récord de baja productividad, que nos coloca a la cabeza de la Unión Europea. Ya mostró maneras, cuando era la presidente de Baleares, y casi deja a las islas sin pediatras, porque estaba empeñada en que les hablaran a los niños en catalán, pero lo de ahora es de reconocimiento mundial: en tres meses, alguno de los señores diputados ha trabajado tres días… Vamos, como para criticar lo de los cuatro días a la semana.

"Al que le va a ir fatal es al Prófugo"

Al que le va a ir fatal va a ser al Prófugo, porque en cuanto Conde Pompidu arregle lo de la Amnistía, va a tener que volver. Y, claro, los días que no recibe a la comunista Yolanda Díaz, por la mañana no hace nada y, por la tarde, lo pasa a limpio, pero si empiezan a desguazar la Constitución, y declaran la Amnistía, tendrá que regresar y hacer algo, que ya oí yo hace poco, en Cádiz, decir a un albañil, refiriéndose a otro: “Ese trabaja menos que Puigdemont”. Pienso que lo que pactó la comunista, Yolanda Díaz, con El Prófugo fue lo de la semana laboral de cuatro días, con objeto de poder irse adaptando poco a poco.

Y, fundamentalmente, pienso que de eso va a tratar la conversación que tenga Pedro I, El Mentiroso, cuando le llame al todavía delincuente. ¡Que ya solo nos faltaba, con el trabajo que va a dar enguarrar a la Constitución, tener a Puigdemont deprimido, por culpa del síndrome pos-vacaciones!