En este otoño caliente, para llamar la atención lo que hay que hacer es ponerse una boina
A 27 grados a la sombra, si no eres vasco, ves a cualquiera con boina, y eso sí que llama la atención
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La semana ha sido pródiga en tonterías contemporáneas. Empecemos por las chicas estas que, antes del mitin de Vox en Vista Alegre, quisieron alegrar la vista mostrándose con el torso desnudo. No están bien asesoradas, porque hace poco hemos estado en la playa, y tenemos el catálogo de torsos femeninos al desnudo, que no nos cabe una muestra más. Y, con este otoño caliente, para llamar la atención lo que hay que hacer es ponerse una boina. A 27 grados a la sombra, si no eres vasco, ves a cualquiera con boina, y eso sí que llama la atención. Estas chicas ya no asustan ni a Victoria Secret.
Luego, tenemos a este diputado que tiene nombre de arcángel y apellido de bandido, o sea, Gabriel Rufián, que se ha enfadado mucho con el diario El Mundo, porque el periódico ha publicado un reportaje sobre los presos secesionistas, donde se informa que reciben hasta medio centenar de visitas diarias, que tienen menú a la carta, piscina privada, televisor, ordenador, vamos, que un hotel de cinco estrellas lo tendría difícil para competir, con la salvedad de que los hoteles de cinco estrellas no bajan de 400-500 euros diarios con pensión completa, y este sale gratis, porque lo pagamos los contribuyentes españoles. Bueno, pues el señor Rufián se ha enfadado mucho con el reportaje, no porque sea mentira, sino porque lo hayan publicado.
El ayuntamiento de Coslada, en su entusiasmo por aplicar la memoria histórica, ha quitado las calles dedicadas a Juan de la Cierva, inventor español de fama mundial, y al castillo de la Mota. Cuando estalla la guerra civil, Juan de Cierva vivía en Londres, y vivía bien, a cuenta, en parte, de su descubrimiento del autogiro. Nunca conoció ni habló con Franco. Es cierto que, como experto, le preguntaron qué avión podría cruzar el estrecho de Girabltar con seguridad, y él recomendó el Dragón Rapide. Ni siquiera está demostrado qué supiera cuáles eran los fines. Juan de la Cierva trabajó con la República y nada con la dictadura, porque murió fuera de España, en un accidente civil aéreo, en diciembre de 1936.
¿Y el castillo de la Mota? Estamos pendientes de que el Ayuntamiento de Coslada nos aporte los documentos que demuestren que el castillo de la Mota, que se levantó entre los siglos XIV y XV, hace cerca de 600 años, era franquista o colaborador del franquismo. Allí estuvo preso César Borgia, y sí, la Sección Femenina de Falange Española, lo empleó para actividades culturales, eso sí, sin que al parecer le consultaran al castillo, lo cual aconseja al tonto ayuntamiento de Coslada a quitarle la calle al castillo.
Por último, a la secretaria del ayuntamiento de Jimena de Frontera, no se le ocurrió otra cosa que irse por Marbella y gastarse en tiendas de lujo una pasta gansa que llamó atención. En una tienda, entre bolsos y chucherías, 25.000 euros. Teniendo en cuenta que su pareja no tenía trabajo conocido, la policía la ha detenido por relación con la droga.
¿Algún bingo más? ¿Perdón, algún tonto más? Bueno, hay un brujo que le dijo a un partido que si repetía las elecciones iba a arrasar. A ver qué pasa el 11 de noviembre.