El homenaje de Luis del Val a Adolfo Suárez Illana tras abandonar su escaño en el Congreso: "Suerte Adolfo"
Habla el profesor de la labor de Adolfo Suárez Illana en el Congreso para homenajearlos en su despedida
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Luis del Val pone el foco de la imagen del día de "Herrera en COPE" en la despedida de Adolfo Suárez Illana del Congreso de los Diputados:
En el día en que hemos pasado de la teoría de la Cultura de la Violación a poner en práctica, violentamente, la Cultura de la Sedición, lo que más ha llamado mi atención es la fotografía que Jaime García publica en la página 18 del diario ABC, y donde me encuentro la imagen de Adolfo Suárez Illana, con los ojos humedecidos en su despedida del Congreso, y la mano a la altura de ese corazón de hombre pacífico, inteligente y leal.
No debe ser fácil ejercer de hijo de Adolfo Suárez González, aunque Adolfo Suárez Illana se ha tenido que ir acostumbrando, poco a poco, desde niño, casi sin darse cuenta, hasta que me imagino que un día, tras volver de Harvard, donde casi nadie le hablaría de su padre, e instalarse en España, tuvo que notar la diferencia.
El PP, con ese pragmatismo descortés de los partidos, lo aherrojó en la mesa del Congreso, como secretario, donde, al formar parte de esa Mesa, ni siquiera al acabar las sesiones podía verter una opinión, porque se supone que los miembros de la mesa son neutrales. El único gesto que se permitió fue, cuando intervenían los filoetarras -repito, señor Gómez de Celis, filoetarras, o sea admiradores y amantes de los asesinos etarras- cuando tomaban la palabra amigos y admiradores de quienes intentaron matar a su padre, lo único que hacía era ponerse levemente de espaldas al orador filoetarra.
Pienso que estaba cansado de permanecer con la lengua enmudecida, y creo que no cometo ninguna indiscreción, ni traiciono su confianza, si transcribo un párrafo que me envió, antes de ayer, por mensaje telefónico: “Querido, Luis….Cambian mis tareas, no mis convicciones ni mi compromiso con ellas. Desde fuera también se puede fomentar la Concordia y, en mi caso, creo que más que desde dentro”. Completamente de acuerdo, amigo Adolfo, porque estás acostumbrado a la acción, y a quien se ha puesto delante de los toros, le debe resultar muy aburrido presenciar, desde la barrera, como mugen los previsibles y sumisos bueyes. Suerte, Adolfo. Y ya sabes, que, cuando levanto la vista del ordenador, tengo la fotografía que me regalaste, y los veo de espaldas, a Juan Carlos I, y a tu padre. Fija fecha para comer juntos, y me pones al día, que ponerse al día es lo más luminoso para vencer a esta larga noche.