El homenaje de Luis del Val a Antonio Gala: “Podía ser tierno y lírico, y, en el trato, también sarcástico"
Recuerda el profesor la figura del escritor fallecido este domingo a los 92 años
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Luis del Val pone el foco de la imagen del día de ‘Herrera en COPE’en la figura de Antonio Gala un días después de su fallecimiento:
Ayer, un hombre de Córdoba, ciudad que adoptó a pesar de haber nacido en Castilla-La Mancha, no pudo ir a votar por la poderosa razón de que estaba muerto. Se llamaba Antonio, Antonio Gala, y me lo presentó Concha Velasco, creo recordar que en un camerino del Calderón, cuando estaba representando una obra suya, 'La Truhana'.
Años antes, muchos años, allá por el decenio de los sesenta, me senté en la butaca de un teatro a ver “Los verdes campos del Edén”, y me golpeó aquella exhibición de poesía, de ternura, de emociones, esa capacidad para suscitar e incitar ideas que tiene el teatro de Antonio, esa magia que no siempre le alabaron los críticos, y que el público premió, convirtiéndole en el Benavente de esos años.
Culto, con tres carreras universitarias de las que nunca presumió, llegó a Córdoba y se volvió más andaluz que Mariana Pineda, pero sin casticismos tópicos, con una cultura sin pedanterías, que convirtió sus apariciones en televisión, y su oratoria, tan certera como florida, en el mismo reclamo que el de una tonadillera famosa y popular.
Fue un escritor de teatro, de novela y de poesía. Dijo que el flamenco es una forma bella de quejarse y, a veces, sin querer, en el terceto de un soneto, le salía una soleá de tres versos, pero elevándola de categoría, la llevaba a la métrica alejandrina para decir: “Cuando llegará el día verdadero/ en que me suelte ya de tu mirada/ para poder decirte que te quiero”.
Podía ser tierno y lírico, y, en el trato, también sarcástico, y punzante, e incluso zaherir con una elegancia mestiza, entre cachondeo andaluz e ironía británica. Pero en tiempos de pelotazos y especulaciones, en una España que se creía rica, quiso tener un hijo y dio a luz la Fundación Antonio Gala para promover, ayudar e impulsar a jóvenes artistas.
Y esa es su heredera, y la demostración de que se puede vivir entre las mieles del triunfo y acordarse de los que quieren triunfar.
Sí, sí, ya se que ayer sucedieron muchas cosas, y habéis hablado de ellas, pero dentro de unos minutos, a las diez de la mañana, en la Fundación, en la calle Ambrosio de Morales, de Córdoba, se instalará la capilla ardiente para quienes quieran despedirse de un hombre irrepetible, que ayer, no acudió a votar, porque alguien ordenó que se bajará el telón de su vida.