Luis del Val: "La III Guerra Mundial está ensayándose en Europa por un psicópata al que solo frena China"
Nos pide el profesor que esta Nochebuena tenganos un recuerdos para los ucranianos a los que la mala voluntad de un hombre les ha quitado la paz
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El foco de la imagen del día de Luis del Val en Herrera en COPE es Ucrania, los ucranianos que van a tener una Navidad muy complicada por culpa de un tirano: Vladimir Putin:
"Ha hecho bien Zelenzki en no disfrazarse de baile de las debutantes, en su visita al Congreso de Estados Unidos, porque ver su vestimenta habitual nos ha servido -en medio de la lista de regalos, el refunfuño por lo que han subido los precios y el cálculo de si habrá suficientes sillas mañana por la noche- para recordar que estamos en guerra. He dicho estamos, en plural, porque esta cruel invasión se ha producido aquí, en Europa, y la ayuda que enviamos y enviaremos, no se debe a nuestra inmensa generosidad, sino al egoísmo de reconocer que los hombres, las mujeres y los niños de Ucrania están muriendo, y eso nos permite celebrar la Navidad, sin que el destaponamiento de la apertura de una botella de champán la confundamos con un disparo.
La III Guerra Mundial está ensayándose en Europa, como la I y la II. Al psicópata que ha convertido un ejército regular, como era el de Rusia, en una banda de terroristas crueles, más eficaces en asesinar civiles que en luchar contra los soldados enemigos, no le temblaría el pulso, de no ser porque China no pone la luz verde. Y, la noche de paz en la tierra a los hombres de buena voluntad, volvemos a celebrarla, sin escuchar el estremecedor sonido de las bombas, sin sufrir el apagón de las centrales eléctricas de las ciudades, sin el frío gélido de un país que, cuando haga más frío -hoy y mañana- estará a siete grados bajo cero y, cuando haya más calor, a tres grados bajo cero. Sin luz, sin calefacción, sin saber dónde está un hijo, un marido, un hermano, una esposa, e ignorando también si habrán muerto o estarán vivos. Y les deseo a todos ustedes, mañana, una noche muy feliz, y que ese congreso familiar no se enturbie. Pero creo que, en algún momento, sin palabras ni ceremonias, en nuestro interior de personas racionales a las que puede que nos quede algo de solidaridad, deberíamos tener un recuerdo agradecido a quienes la mala voluntad de un hombre les ha quitado la paz, y les ha obligado a ser guardianes, con sus vidas y sus casas, de nuestra Nochebuena. No vamos a salvar ninguna vida con ello, pero, al menos, habremos frenado ese egoísmo, pan nuestro de casi todos los días, que nos hace olvidar que celebramos el nacimiento de un niño muy pobre, y que ignoramos la inmensa suerte que tenemos. Feliz noche".