Luis del Val: "Cada vez que aparece María Jesús Montero, espero el momento en el que se ponga a cantinflear"
Tan "ridículamente infantil y estúpidamente inútil" como "el afán de rebajar el número de víctimas" de este Gobierno, argumenta el profesor
Publicado el - Actualizado
3 min lectura
En su imagen del día en "Herrer en COPE", Luis del Val pone el foco en la ministra portavoz y su continuo cantinfleo:
[ESCUCHA AQUÍ LA IMAGEN DEL DÍA DE LUIS DEL VAL]
"Murió en 1993, y fue muy admirado. Incluso Chaplin dijo de él que era el mejor actor cómico de los años cincuenta y sesenta. Se llamaba Mario Moreno, apodado Cantinflas, e inventó un retorcimiento de la sintaxis, una verborrea disparatada, que se conoció como cantinflear. Perdonen la rememoración, pero es que cada vez que aparece María Jesús Montero me quedó expectante, aguardando el momento en que se pondrá a cantinflear para regocijo y divertimento de oyentes y telespectadores. Hoy, Luis Ventoso, en su columna de ABC, reproduce uno de esos momentos delirantes con este párrafo de doña María Jesús: “Nuestro sistema de registro de la enfermedad contabiliza diariamente los movimientos que se han producido en las horas anteriores. Eso sí, cuando la enfermedad ha transcurrido en los siete días de los catorce días previos a que se esté danto el dato. Lo que es la actualización de datos del rescate que hay en las comunidades autónomas se hace con una periodicidad que el doctor Simón está dando cuenta de ella. No se cuándo corresponde o cuándo toca, pero cada cierto tiempo se produce una actualización”. Fin del párrafo. Cantinflas hubiera añadido: ”Pos está claro, manito”.
O sea, se contabiliza en las horas anteriores, pero cuando transcurre en los siete días de los catorce días previos a que se esté danto el dato. Clarísimo. Hasta un niño lo entendería. ”¿Hay algún niño por aquí?” preguntaba Groucho Marx a continuación.
Todo esto sería divertido de no ser porque estamos hablando de una situación más que dramática, trágica, que se ha llevado la vida de más de 40.000 españoles. Sí, más de cuarenta mil, según el Instituto Nacional de Estadística y según los organismos internaciones que se explican con rigor.
"Ridículamente infantil, estúpidamente inútil"
Es ridículamente infantil, estúpidamente inútil, este afán de rebajar el número de víctimas. Contrasta el afán del personal sanitario, su entrega, ver a esos médicos y auxiliares con los ojos humedecidos, cuando sale un resucitado de la UCI, y contemplar a gente, que se supone que sabe sumar y restar, intentando hacer desaparecer ataúdes, cuando ese esfuerzo y ese tiempo lo tendrían que dedicar a tareas de mayor provecho, como pagar los ERTES puntualmente.
Los corresponsales de los medios informativos de Europa y América lo cuentan en sus crónicas, es decir, que es una manera de hacer el ridículo que no se queda entre nosotros, sino que se proyecta en el ámbito internacional, precisamente cuando estamos en el momento de lucir seriedad para lograr que nos ayuden con dinero contante y sonante para paliar el desastre económico que ya está encima. Y el primero que no se da cuenta del error es el propio presidente, que el 16 de mayo presumió de que gracias a haber decretado el estado de alarma se habían salvado 300.000 vidas. Exactamente un mes después, ayer, dijo que había salvado la vida a 450.000 personas. Me imagino que con el sistema de contabilizar las vidas salvadas a las pocas horas de saber que se han contado en los sietes días previos a los catorce días. El próximo 16 de julio, las vidas salvadas por Sánchez calculo que serán 600.000. Y eso sin exagerar. El 16 de diciembre, un poco antes de Navidades, andaremos por el millón y medio de vidas salvadas. El Premio Nobel casi sabe a poco".