Luis del Val: “Las ciencias adelantan y gozamos de investigadores eminentes como la ministra Ione Belarra”

Habla el profesor del 'nuevo descubrimiento' de la ministra de la Agenda 2030

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Luis del Val y el nuevo descubrimiento de la ministra Ione Belarra

Luis del Val

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Luis del Val pone el foco de la imagen del día de ‘Herrera en COPE’ en la minista de la Agenda 2030, Ione Belarra:

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Carlos Herrera el foco en el plantón de Sánchez al Rey en la entrega del Premio Cervantes

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La ministra de la Agenda 2030, Ione Belarra, últimamente ocupada en consolar a su amiga y ministra Irene Montero, parece que tiene tiempo para dedicase a la investigación, y fruto de sus estudios ha sido el descubrimiento de una afección, que ella denomina “adultocentrismo”. El adultocentrismo, al parecer, lo padecen todos los seres adultos cuando son padres, lo que, a juicio de la ministra, les incapacita para poder educar con objetividad a sus hijos, y, por eso, muestran renuencia a que se les estimule a investigar en su propia sexualidad. Como parece que, hasta ahora, la gran científica Ione Belarra no ha descubierto ninguna sustancia farmacológica que pueda neutralizar el adultocentrismo en los padres, prepara una ley para que los profesionales de la enseñanza, en la escuela, les ayuden a los niños a descubrir si de verdad son niños, son niñas, son niñes o son hijos del adultocentrismo. Esto plantea una duda racional y es que, si los profesores son adultos, se supone que también ellos padecerán de adultocentrismo, con lo que la gran científica puede que lleve a cabo la formación de un pan como una torta, quitándoles a los padres el derecho a educar a sus hijos y dándoselo a otros adultos, los profesores, tan adultocentristas como la madre que parió a la ministra, o a cualquiera de nuestras madres, puesto que en cuanto tienes hijos te vuelves adultocentrista, tal como afirma la gran científica Ione Belarra. Esto podría solucionarse con que los miembros del colectivo de lesbianas, gays, trans y demás numerosa y confusa familia, por el mero hecho de serlo fueran profesores de la materia que conocen en sus propias carnes, y dieran clases de su especialidad en las escuelas, con lo que los niños estarían vacunados del adultocentrismo de sus padres. Las ciencias adelantan y gozamos de investigadores eminentes como la ministra de la Agenda 30.

Cualquier día, otro científico nos descubre, qué se yo, la “adultoestupidezministerial”, o -¡quién sabe!- el derecho de los padres a educar a sus hijos, todavía vigente en la Unión Europea. Ya verán, cuando el adultocentrismo llegue a Suecia, que no tardará mucho: a la Unión Europea no la va a conocer ni la madre que la parió. Que sería, claro, por madre, adultocentrista de reglamento

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