Luis del Val: "Con 16 años no puedes comprar tabaco ni alcohol, pero sí abortar sin que lo sepan tus padres"

Habla el profesor de la decisión del TC de avalar la reforma del aborto que permite que las menores entre 16 y 18 años puedan abortar sin el consentimiento de sus padres

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Luis del Val

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Al Tribunal Constitucional le parece bien que una chica de 16 años, embarazada, no diga nada a sus padres y, sin informarles de su decisión, acuda a una clínica a que le practiquen un aborto.

Los padres no se enterarán y la clínica, si es privada, no tiene por qué saber de dónde procede el dinero que ella abonará por el aborto y, si es pública, nadie podrá llamar a su padre o a su madre para decirles que su hija va a abortar, porque, según el Tribunal Constitucional, es su derecho.

Esta chica no puede comprar un paquete de tabaco en un establecimiento público, y tampoco beber alcohol en una discoteca. Si lo hace, y denuncian al propietario de la discoteca, este puede recibir una multa de entre 3.000 y 15.000 euros, e incluso el cierre del local, pero si la chica de 16 años, en lugar de tomarse un agua tónica con ginebra, se mete en un quirófano para que le extraigan el feto, a lo peor multan al médico si se niega, porque ya no recuerdo cómo están las cláusulas de conciencia.

Los padres, la mayoría de las veces se enteran, porque, entre las consecuencias biológicas, están las hemorragias, infecciones, dolor pélvico crónico, e incluso la infertilidad, no poder quedarse embarazada nunca más. Y también psicológicas, que puede comenzar con la baja autoestima y finalizar con la depresión.

Esta chica, que puede abortar libremente, si es contratada para un trabajo, el empresario puede ser multado, desde 7.000 euros a más de 220.000 euros, porque no puede trabajar el menor de edad. Mi enhorabuena al Tribunal Constitucional, en general, y a doña Laura Díez Bueso, en particular, por haber sacado este disparate adelante.

Doña Laura Díez, trabajó a las órdenes de doña Carmen Calvo y de don Félix Bolaños, y a las órdenes de la Generalitat. Es partidaria de la inmersión lingüística en Cataluña y, ahora, del aborto generalizado en toda España entre las chicas menores, sin que se enteren esos padres que, si la menor conduce, y tiene un accidente, serán responsables civiles subsidiarios de pagar las altas indemnizaciones que se impongan.

Prohibido informarle de las consecuencias y los peligros. Ella no puede comprar un paquete de tabaco, no puede trabajar, no puede consumir alcohol, pero puede irse a abortar sin que lo sepan sus padres. Y al disparate le llaman progresismo.

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