Luis del Val: "En su encuentro, Sánchez y Aragonès van a estar a la misma altura, me refiero a la soberbia"

Luis del Val pone el foco de la imagen del día de "Herrera en COPE” en la reunión entre Pedro Sánchez y Pere Aragonès para negociar la investidura de Salvador Illa.

Hoy va a tener lugar la petición de mano de la Generalitat para el novio, Salvador Illa. El Padrino, Pedro I, el Mentiroso, se desplaza a Barcelona, donde le aguarda el señor Aragonés García, que hará de padre de la novia y, sobre todo, inquirirá sobre los detalles finales de la enorme dote que va a aportar el novio.

La dote va a ser tan espectacular que le van a conceder la mano y todo lo demás, y no sé si nos va a costar un ojo de la cara, pero estoy convencido de que, en el resto de las autonomías -excepto en la vasca y navarra- los presidentes autonómicos se van a tener que poner gafas de aumento para poder ver lo que les quedará del Fondo de Compensación Interterritorial. Igual no queda nada, y tienen que poner dinero, como pasa ahora en algunas herencias.

Presumen de gobierno progresista, pero respetan las costumbres burguesas, y los secesionistas -no hay nada más cursi que un secesionista- sienten una gran satisfacción ante estas visitas, que ellos llaman bilaterales, para creerse que ya son presidentes de la Republiqueta de C’an Esquerra.

Claro que hay un pariente incómodo, el tío Cobarde y Prófugo, que está empeñado en joder la boda y, ayer, ya dio muestras de que igual no llegamos a celebrar el banquete. Pero creo que está ya todo atado, y a los 15.000 millones de la deuda -que vamos a pagar los 45 millones de españoles, que ni siquiera nos han invitado a la boda- habrá que añadir, otro regalito de 1.500 millones en trenes y vías férreas.

Bueno, y la promesa de referéndum, y los ensayos de los mossos d'esquadra sustituyendo a la Guardia Civil en la frontera, por si viene o se vuelve a marchar el Cobarde Prófugo, en el maletero o en el asiento del copiloto del coche.

En el encuentro entre Pedro I, El Mentiroso -en su papel de sonriente padrino- y el señor Aragonès García -interpretando al padre de la novia- van a estar a la misma altura, me refiero a la soberbia, porque el señor Aragonés García es bajito como yo, pero de soberbia iguala a la del padrino.

Lo de ayer, en el Congreso, los siete votos del cobarde Prófugo, puede repetirse, e igual sucede, como en otras bodas: que Salvador Illa se tenga que divorciar antes de que acabe la luna de miel. Cuidado, porque los cursis avariciosos se quedarán con la dote y todos los regalos de boda.

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