Luis del Val: "Espero que el nuevo alcalde de Huarte no organice un homenaje a pistoleros"
El periodista hace en 'Herrera en COPE' un repaso sobre Navarra y Alfredo Arruiz, nuevo alcalde de Bildu en Huarte
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Ayer, fue un día de sentimientos encontrados en Navarra. Por un lado, su presidenta, María Victoria Chivite Navascués, sintió la satisfacción que invade a quien paga las facturas, y le alivió comprobar que la orden dada para que la representante socialista en el ayuntamiento de Huarte se ausentara en la votación a la alcaldía fue cumplida, y el representante de Bildu salió elegido alcalde, con lo que quedaba abonada la abstención de Bildu para que ella fuera presidenta de Navarra. Pero, por otro lado, sentía el temor de que la maniobra se glosara, circunstancia que naturalmente ocurrió, porque si la policía no es tonta tampoco lo son los periodistas y el público en general.
Por otro lado, el nuevo alcalde de Huarte, Alfredo Arruiz, también experimentó sentimientos contradictorios en los que la alegría y la tristeza se mezclaban. Alegría porque, tal como le habían dicho los dirigentes de Bildu, su partido, los socialistas se abstuvieron y fue nombrado alcalde, pero también la inmensa tristeza que padecen los sufridos militantes de este club de fans de los asesinos de ETA, cuando uno de ellos es detenido. Y tristeza triple porque, ayer, Francia decidió que enviará a España a María Soledad Iparaguirre, alias Anboto; a Miguel Carrera Sarobe, alias Ata, y a Garicoitz Aspiazu Rubina, alias Txeroki.
A la primera se le imputan 14 asesinatos, pero por el que llegará a las cárceles españolas para ser juzgada será por uno de ellos, por haber colocado en León, una bomba en el coche del comandante del Ejército de Tierra Luciano Cortizo Alonso, al que causó la muerte.
Miguel Carrera Sarobe está condenado a cadena perpetua en Francia, por haber participado en el comando que asesinó a dos guardias civiles españoles y un brigada francés, y llegará para responder de otros crímenes, mientras Txeroki, autor del asesinato del juez José María Lidón, cuando salía de su coche en Guecho, responderá de otras acciones.
Para nosotros son asesinos, claro, pero para un militante de Bildu, que siempre ha aplaudido la labor de estos criminales como valientes actos de gudaris, debe resultar decepcionante la falta de sensibilidad de la Justicia francesa y española ante la valentía de estos guerreros que ponían bombas en los coches o disparaban a la cabeza, y que en lugar de aplaudirles, y organizar homenajes, como hacen ellos, los metan en la cárcel, olvidando que son tan víctimas como los asesinados, según la teoría bilduetarra que hemos escuchado en tantas ocasiones.
Agridulce jornada, pues, para el nuevo alcalde de Huarte, que apenas tuvo tiempo de celebrar su nombramiento, porque la brillantez de la jornada quedó oscurecida con el anuncio de la llegada a España de María Soledad, Miguel y Txeroki. Por cierto María Soledad fue la profesora de pistola de Txeroki, y quien la ayudó a que se convirtiera en un asesino de provecho. Espero que al nuevo alcalde no se le ocurra organizar un homenaje a los tres pistoleros, porque podría poner nerviosa a la presidenta de Navarra que ya ha demostrado que es cumplidora en el pago de las facturas.