Luis del Val: “En la investigación sobre Begoña Gómez la Fiscalía no acusa, sino que defiende"

Luis del Val pone el foco de la imagen del día de "Herrera en COPE” en la declaración de Begoña Gómez, mujer de Pedro Sánchez, ante el juez y el papel que está asumiendo la Fiscalía en esta investigación:

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En tiempos ya muy lejanos me tocó hacer crónica de tribunales. Enseguida aprendí que cuando el fiscal tomaba la palabra nos presentaba al acusado como alguien que debería estar en la cárcel, debido a su peligrosidad. Siempre lo presentaban como una mezcla del hombre del saco y Jack el Destripador, si era macho, o como un mestizaje entre Medea, Mesalina y Mata Harí, si se trataba de una hembra.

Sin embargo, cuando tomaba la palabra el abogado defensor, nos demostraba la ceguera del fiscal, por la persecución a una persona completamente inocente, pobre cabritillo despistado, al que la sociedad martirizaba, cuando en realidad casi estábamos ante un santo. Puede que exagere algo, pero no se crean que tanto.

Luego, llegaba el juez, y pasado el tiempo debía sumar las alegaciones de la Fiscalía y la defensa, las dividía por dos, y el resultado era que, si resultaba culpable, no era un santo inocente, pero tampoco un criminal al que había que encerrar para toda la vida.

Recuerdo esta experiencia, porque he descubierto, deslumbrado y estupefacto, que en el caso de la investigación sobre doña Begoña Gómez -catedrática eventual por unos días y esposa del doctor en Economía con tesis bajo sospecha- la Fiscalía no acusa, sino que se ha convertido en otro abogado defensor, parece que incluso mucho más entusiasta que la defensa, que por cierto, lo único que hace es dar patadas al balón hacia adelante, con lo que solo consigue alargar las especulaciones y poco más.

Por supuesto que nadie sospechará que el fiscal obedece las órdenes del Fiscal General del Gobierno, quiero decir, del Estado, y es cómplice de un rompimiento tradicional, que parece que ronda la prevaricación, ni mucho menos. Lejos de nosotros la persistente manía de pensar que Pedro I, El Mentiroso, que ha nombrado al Fiscal General del Gobierno, perdón, del Estado, le da órdenes. Ni se nos ocurre.

Pero mucho más insólito que el espectacular despliegue de policías, escoltas y coches, hoy, en el juzgado, para llevar a la declarante hasta el garaje, será este excepcional cambio de rumbo de la Fiscalía, que ya no acusa, sino que defiende. Si no se trata de un caso aislado, ¡ojo!: los abogados, en España, se van a quedar sin trabajo, porque su función parece que la llevarán a cabo los fiscales.

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