Luis del Val: "Marlaska quiere quitar las concertinas de las vallas y a la vez subir la altura"

La caridad del ministro de Interior es muy rara

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Luis del Val: "Marlaska quiere quitar las concertinas de las vallas y a la vez subir la altura"

Luis del Val

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El ministro de Interior, cada día más Marlaska que Grande, quiere quitar las concertinas de las vallas que protegen nuestro territorio, porque los que quieren asaltar las fronteras pueden hacerse pupaA la vez, va a subir la altura de las vallas, con lo que los asaltantes, animados por la falta de concertinas, van a intentar saltar las vallas en mayor número, pero como serán más altas es probable que se caiganLa caridad del ministro de Interior es muy rara: le da pena que se hagan pupa al saltar las concertinas, pero le debe parecer misericordioso que se descalabren.

De todas formas, si de lo que se trata es de impedir que el personal no invitado salte las vallas, lo razonable es que las vallas sean lo suficientemente disuasorias para que lo intente el menor número de asaltantes posible.

En el pueblo de mi madre, en Ateca, a 14 kilómetros de Calatayud, repleto de gente bondadosa, cuando levantaban una tapia para guarecer el corral de los intrusos, ponían en lo alto cascos de botellas rotas, que venían a ser las concertinas del pobre, porque no tenían el dinero que tiene Marlaska gracias a nuestros impuestos. Las tapias eran bajitas, pero en lo alto, los agudos cristales procedentes de los cascos de las botellas rotas, cumplían su misión disuasoria, y de esa manera evitaban que les robaran las gallinas. No entiendo, que si lo que se pretende es disuadir que entre el más bruto, o el más violento, o el que mejor escale, sin saber si es un terrorista o un alma de la caridad, haya que dar facilidades para que no se haga pupa. Tampoco entiendo los melindres de los rechazos en caliente, porque están fuera del sentido común. Y voy a poner un ejemplo. Un individuo llama a mi puerta, la abro levemente, pega un empujón y se cuela en el vestíbulo. Según los melindres progresistas, no lo puedo devolver al descansillo, porque eso sería una devolución en caliente. Le tengo que buscar un abogado, yo me tengo que buscar otro, y, mientras discuten lo que se va a hacer con el asaltante, se queda a dormir en el vestíbulo, pero dentro del piso asaltado. ¿Les parece bien? ¿Intentar defenderte del asalto y darle un empujón es ser facha y no ser progresista? ¿Aplicar el sencillo sentido común a los asuntos es estar loco? ¿Nos estamos volviendo todos tontos contemporáneos?

Desde la Unión Europea llegan dictámenes que dicen que lo de devolver al asaltante al descansillo es lo correcto. Si lo hubiera dicho alguien de las derechas, le habrían enviado una ración doble de fachas con patatas fritas a lo carca, pero como lo dice la Unión Europea, se ponen melindrosos y un punto melancólicos, como si les diera asco rechazar a los asaltantes, porque eso engorda y no es ecológico. Y con estos bueyes hay que arar.

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