Un cliente de un bar de Barcelona paga todas las cañas que no ha podido consumir durante el confinamiento
La ‘historia del día’ en ‘Herrera en COPE’
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Juli y Pili regentan un bar de comidas caseras en Granollers, Barcelona.
La desescalada les ha permitido poder abrir de nuevo su local después de varios meses en el dique seco, sin un solo cliente.
Los bares -qué lugares, como aquella canción de Gabinete Caligari- han vuelto a ser lugar de encuentro. Tanto dentro como fuera del establecimiento.
Muchos fieles han regresado a sus asientos de siempre. Casi tenían su nombre reservado para la ansiada vuelta a la normalidad.
Uno de esos clientes volvió al bar de Juli y Pili. Era de los asiduos, acudía dos o tres veces por semana antes del confinamiento.
Tan solo se tomó una caña, la de siempre, que cuesta 2 euros 50. ¿Cuál fue la sorpresa de los dueños? Pues que el cliente les pagó 100 euros por la cerveza.
Papel en mano, este hombre se había apuntado todas las rondas no consumidas durante la cuarentena. Los 36 días de ausencia en el bar.
En total, las cañas no tomadas son 90 euros, pero también dejó una suculenta propina de 10 euros para llegar a los 100.
"Cada mañana, gracias a cosas así, te entran ganas de ir a trabajar", comenta Pili, una de las dueñas, agradecida.
Una muestra más de que, en España, los bares siguen siendo aquellos lugares de calor y amistad que solíamos frecuentar. Antes de que un virus nos cambiara la forma de vivir.
Es la ‘Historia del día’ en ‘Herrera en COPE’.
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