El hombre canadiense que falleció cuando su familia decidió no hospitalizarle en EEUU por los altos costes

La familia Drapeau, originaria de una pequeña población de Canadá, había pasado unas felices vacaciones en Florida. Nada más iniciar el viaje de regreso, el padre comenzó a sentirse mal y falleció poco después de un ataque cardíaco.

Madre e hijo decidieron, entonces, continuar hasta su destino final, a unos 2.500 kilómetros, debido al alto coste que suponía su hospitalización en Estados Unidos y a los trámites burocráticos que hubieran tenido que realizar para repatriar el cuerpo. Sin embargo, en el puesto fronterizo, un agente le comentó al hijo, que era quien conducía, que debían pasar una inspección rutinaria.

En el registro, el funcionario no halló ni drogas ni otros productos prohibidos, pero sí el cadáver del padre, sentado junto a la que fue esposa, en los asientos traseros. “Es la primera vez que vemos algo así”, declaró el líder del sindicato canadiense de agentes de aduanas e inmigración.

Una ambulancia se llevó el cadáver. Los médicos no hallaron señales de violencia en el cuerpo, pero determinaron que el hombre había fallecido, al menos, un día antes. La policía interrogó a la esposa y al hijo, que quedaron en libertad, aunque están a la espera del resultado de la autopsia para decidir si presenta cargos contra ellos.

El agente fronterizo que halló el cadáver se ha tomado unos días de descanso y puede que solicite apoyo psicológico.