Escucha aquí qué objetos de nuestros 'fósforos' han sufrido distintos percances

Trinidad explica que, en su caso, "se me rompió bajando en un bosque de California. Teníamos una furgoneta grande. Se rompieron los frenos. Al bajar. Las curvas son tremendamente inclinadas y lleno de osos alrededor. El peor panorama posible. Empezó a salir humo. No podíamos parar. Mi marido es muy hábil y, en un trozo de terreno, hizo una maniobra que dio la vuelta al volante y paró. Íbamos con otros amigos y nos fueron bajando poco a poco hasta que vino la grúa y ya arreglaron los frenos".

Inmaculada también vivió una circunstancia desagradable. "Mi marido y yo somos de un pueblo de Huelva. Lo contrataron en junio en una constructora en Marbella. Llegó la Navidad. Teníamos un evento. Nos dijeron que la gente iba muy normal. Total, que mi marido se llevó un jersey. Resulta que la cena era en un club de golf. Todo precioso. Dos días antes, un empaste que tenía en la paleta de los dientes se me rompió. Imagínate. Como el cuñao", relata. Esto le hizo dudar. ¿Iría, no iría?

Finalmente, acudió. Su marido con el jersey y ella con el diente roto. "Me pasé toda la noche comiendo con la boca cerrada", concluye su intervención en los micrófonos de 'Herrera en COPE'.

Antonio acudió a una boda. La madre de la novia tenía una fábrica de porcelana y habían hecho unos muñecos especiales para la tarta. Se cayeron y, en el club de golf, el suelo era de pizarra. Se hicieron añicos. "Hubo que maniobrar deprisa. Nos pusieron unos muñecos que llevaban más bodas que Ortega Cano".