Un oyente denuncia la falta de controles sanitarios en los aeropuertos: "Ni distancia de seguridad ni nada"

¿Cuál ha sido el acto más incívico que has vivido este verano a cuenta del nuevo coronavirus? ¿Gente sin mascarilla en la calle? ¿Aglomeraciones en terrazas y otros locales? ¿Tal vez grupos de jóvenes haciendo botellón en la calle o en la playa? Este lunes Carlos Herrera ha vuelto de sus vacaciones preparado para ofrecer la información más completa y el mejor entretenimiento a los oyentes en estos tiempos de incertidumbre. El comunicador mejor valorado de la radio española ha empezado su particular hora de los 'fósforos' haciéndole alguna de estas preguntas a los oyentes dado el crecimiento exponencial de los brotes.

Entre todas las llamadas ha destacado la de Victor, que también se ha reincorporado al trabajo después de “unas buenas vacaciones”. Según ha dicho, ha estado en Tenerife “y el tema del control en los aviones ninguno”, aunque en el aeropuerto “no te dejaban entrar si no ibas a volar”. “Ni distancia de seguridad ni nada”, ha remarcado.

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Lo cierto es que el uso de mascarilla es la única obligación que impone AENA a los pasajeros que utilizan el transporte aéreo. El Gobierno no ha adoptado hasta la fecha otras medidas de prevención sanitaria contra el coronavirus en los aeropuertos, lo que ha convertido a España en el único gran país de la Unión Europea que incumple los protocolos recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) o la Organización Mundial del Turismo (OMT).

Además, el oyente ha dicho que en Tenerife “nadie llevaba mascarilla y las terrazas y los bares estaban llenos a tope. Como si fuera normal. Seguridad ninguna”, ha lamentado.

Victor ha relatado que también ha estado de vacaciones en Francia, donde los cuerpos de seguridad le llamaron la atención por no llevar la mascarilla ya que la obligatoriedad de portarla la impusieron cuando ya se encontraba en el país vecino sin que tuviese conocimiento de ello.

Por eso, ha pedido más contundencia con la gente que incumple las órdenes del Ministerio de Sanidad y de las comunidades autónomas ya que del civismo de todos depende la salud pública.