Luis Calvo-Sotelo, en COPE: "Pensé que Tejero era un terrorista de ETA disfrazado de guardia civil"
El primo de Leopoldo Calvo-Sotelo estaba en el Congreso, donde se estaba desarrollando la segunda votación de investidura del presidente
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Luis Calvo-Sotelo, primo del presidente Leopoldo Calvo-Sotelo, ha intervenido este martes en 'Herrera en COPE', donde ha recordado cómo vivió el golpe de Estado en el Congreso. Allí se estaba desarrollando la segunda votación de investidura de Calvo-Sotelo tras la primera del día 22, que había resultado infructuosa al no recibir la mayoría absoluta. Esta había contado con la abstención del grupo Coalición Democrática de Manuel Fraga que, cuarenta y ocho horas después del 23F, pasó a dar el sí a la investidura.
“Tenía 30 y pocos años” y “era consciente de que estaba viendo un acontecimiento complicado para España”, ha recordado Luis Calvo-Sotelo. Por una parte, experimentó un sentimiento de “suerte” en el sentido de ver lo que estaba pasando sin necesidad de que nadie se lo contase, pero por otra de “enfado sincero” porque vio a su padre, octogenario, tirado en la tribuna de invitados.
El primo del presidente “no tenía ni idea” de quién era Tejero cuando lo vio entrar en el Congreso. Era “un señor con bigote y con el tricornio” que parecía una caricatura, como si fuera “un señor disfrazado de guardia civil”, ha recordado. “Hubo muchísimo miedo. Pensé que era un terrorista de ETA”, ha dicho, pero “cuando aquello se fue aclarando un poco, el ánimo se relajó”.
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“Estuvimos dos horas y pico. Empezaron a liberar a los invitados y yo salí de mi palco, mi padre iba delante y cuando pasó mi padre un guardia civil con el tricornio bien calado me puso su mano derecha en mi hombro”, ha dicho. Ese guardia civil era el capitán Muñecas, un jinete que conocía Luis Calvo Sotelo, que le dijo que estaban cayendo muchos de los de su bando. “Le costó la carreta y su vida”, ha recordado.
Con más de cuarenta impactos de bala en techo, paredes y hasta en una rejilla que hoy se exhibe en una urna de cristal en uno de los pasillos de la Cámara Baja, los 344 diputados presentes el 25 de febrero se unieron en favor de la democracia, de la Constitución y en apoyo al rey Juan Carlos I. De esta forma aparece en el diario de sesiones de aquellos días donde toma la palabra el entonces presidente del Congreso, Landenlino Lavilla, para criticar las horas de "humillación" vividas y proclamar "¡Viva España!", "¡Viva la Constitución!" y "¡Viva la democracia!", en medio de un hemiciclo puesto en pie.
"Esta tribuna, desde la que el lunes y el martes se amenazó tan gravemente a la democracia española, vuelve a ser hoy la tribuna de la libertad", dijo Calvo-Sotelo.