La mentira de un oyente de Carlos Herrera que salió en el periódico: “Fulanito y Dieguín están trabajando”
Las mentiras más originales y divertidas de los 'fósforos' de 'Herrera en COPE'
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La mentira, sea piadosa o no, es algo a lo que alguna vez hemos recurrido. Ya sea por ayudar a alguien, para no enfadar a alguien, para quedar bien, para ligar o porque hay personas a las que les gusta mentir y hay auténticos maestros en el ‘arte de mentir’
Los ‘fósforos’ de ‘Herrera en COPE’ recuerdan algunas de las mentiras que han dicho y, claro, de las que han sido pillados.
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Afeitarse la ceja
Nico recuerda que su hermano “se afeitó una ceja y para que mis padres no le pillaran decidió pintársela con un Eding”. Resulta que un día se van a la playa y cuando se meten en el agua “se le borra la pintura”, así que cuando volvieron donde estaban sus padres, su madre le pregunto que qué había hecho y si había cogido las maquinillas
Escaquearse del trabajo y aparecer en el periódico
Diego nos habla de cuando trabajaba en una cristalería en Gijón, 15 años llevaba allí y se define como “una persona muy trabajadora y muy cumplidora”. Un día que iba con un compañero a hacer un trabajo en casa de una clienta “decidimos que no teníamos ganas de trabajar y nos fuimos al cerro de Santa Catalina donde está la escultura de Chillida”. Allí pasaron el rato, e incluso recuerda que “nos llamó el jefe para saber si habíamos ido a hacer el trabajo y le dijimos que la clienta no estaba en casa”. Hubo un momento en el que compañero sacó un rotulador grande “y no se le ocurre otras cosa”, cuenta el fósforo, “que escribir en el Elogio del Horizonte: “Fulanito y Dieguín están trabajando” (Dieguín es como le llamaban a él), pero hay más porque “y va y ¡pone la fecha!”.
Al día siguiente, en el trabajo el encargado llama a Dieguín a su despacho “y me enseña el periódico local en el que aparece en primera plana: ‘Pintadas en el Elogio del Horizonte’ y una gran foto de la pintada”. Confiesa Diego que pasó mucha vergüenza, pero que en el trabajo no le pasó nada.
De colegios y viajes de curso
Uno de los colectivos más acostumbrados a la mentira es, seguro, el de los profesores. La de veces que se han puesto malos sus abuelos, o que sus padres están trabajando y no pueden coger el teléfono… falsificaciones de notas… un sinfín de historias por contar.
Y de esto nos habla José Manuel, bueno más bien de su hermano “que en el instituto era un personaje”. Entre lo mal estudiante que era y su comportamiento, a su madre no dejaban de llamarla del colegio. Pero hubo un tiempo en el que esas llamadas cesaron, y “mi madre le preguntaba a mi hermano si iba todo bien, y él le decía que se estaba portando muy bien y que estaba estudiando”.
Hasta que llega el día de las notas y la madre de este oyente va al colegio para recogerlos y la profesora le da la enhorabuena y ella pensaba que era por lo bien que iba su hijo. Hasta que repita la profesora “enhorabuena por el bebé que ha tenido”, y ante su sorpresa le explica la profesora que su hijo le había dicho que había tenido un niño y que por la lactancia no podía ir al colegio.
Lina aprovechó el viaje de estudios para llevarse la camisa preferida de su hermana sin que ella se diera cuenta. Tan contenta iba ella con la camisa por Mallorca hasta que de regreso a casa, a la hora de deshacer la maleta, la camisa no está. Su hermana busca y rebusca pero no encuentra la camisa. Cuando su madre revela las fotos del viaje le dice: “Tu hermana te va a matar” porque en ella parecía con la camisa.
La visita al médico en la Tomatina de Buñol
Vicente recuerda el día en el que él y un compañero pidieron un justificante en su trabajo para ir al médico y poder asistir a la Tomatina de Buñol. No contaban con que iba a estar allí la televisión y que saldrían en la tele y que los verían en el trabajo.