Lo que le pasó a un oyente de Carlos Herrera tras participar en un concurso: “5 días durmiendo como Drácula”

En los pueblos pasa de todo, eso es lo que los hace especiales, y son los mejores lugares para celebrar competiciones y concursos de los más raros.

Escucha al completo 'La hora de los fósforos' de 'Herrera en COPE'

Hemos oído hablar de lanzamiento de huesos de aceitunas, de buscar la calabaza más grande o de carreras de sacos... pero si recorremos nuestra geografía nos enontramos con otros concursos de los más singulares que nos cuentan los 'fósforos' de 'Herrera en COPE'.

Campeonato Mundial de Melones

Víctor Alfonso nos lleva hasta Ablitas, un pueblo situado a 10 kilómetros de Tudela (Navarra), donde “hace 20 años hubo sequía y los melones no se desarrollaron, no valían ni para tirar dijeron”. Así que en las fiestas del pueblo, que se celebran la primera semana de septiembre, “subieron la cuesta con los sacos llenos de melones y empezaron a tirarlos a ver quién llegaba más lejos”.

Así fue como esta idea se ha convertido en una tradición del pueblo y el el Campeonato mundial de Melones. Pero, confiesa este oyente que es un poco bruto y que una vez “rompí la farola de la plaza” y desde entonces “cada año cuando me anuncian por megafonía la gente me grita”.

Lanzamiento de barriles de cerveza

En las fiestas del pueblo de Elena las peñas “compramos unos barriles de cerveza y cuando se terminan nos los llevamos a una nave donde, ya a altas horas de la madrugada, la gente los va lanzando y hay hasta quien los ha sacado por la ventana de arriba”, nos cuenta.

Y no contentos ni satisfechos con esta iniciativa, hay más. “Por la mañana se hace lanzamiento de móviles”, concretando que son móviles antiguos, aunque como alguno va ya un poco perjudicado “acaban tirando su móvil”.

Comedores de sobaos

En un pequeño pueblo de Cantabria celebraron el año pasado la I Edición de Comedores de Sobaos nos cuenta Carlos. El concurso consiste en “ver quién come más sobaos en 8 minutos”. El ganador fue un joven madrileño que se comió 8 sobaos.

El juego del pañuelo con sorpresa

Andrés es gaditano y recuerda un viaje que hizo hace 3 años a un pueblo de Castellón. Tras un viaje algo horroroso por la carretera y después de haber bebido algo, cuando llegaron allí había un concurso “del que no entendía nada porque hablaban en valenciano” pero este oyente se apuntó “y me pusieron un peto y yo haciéndome el gracioso”.

El concurso era el juego del pañuelo, y cuenta Andrés que cuando dijeron su número salió corriendo a por el pañuelo y lo agitaba ante la atenta mirada de la gente que allí había hasta que de pronto “veo que viene hacia mí una vaquilla y di 60 vueltas de campana, se me pasó la borrachera y de la gracia pasé a llorar”.

Tras esto, confiesa este oyente que “pasé cinco días durmiendo como el conde Drácula, de pie” y asegura que “no salgo más de Cádiz”.