Los Patios de Córdoba recorren el mundo de la mano de ‘los fósforos’

Córdoba vive en mayo su mes más espléndido. Córdoba es luz, color, flores, cruces, sol, albero… Córdoba son sus Patios. Y este día se celebra el Centenario del Festival de los Patios de Córdoba que Carlos Herrera y su equipo de ‘Herrera en COPE’ no ha querido perderse y se han desplazado a la ciudad andaluza para realizar el programa.

Y qué mejor celebración para este Centenario que recorrer esos Patios de la mano de algunos cordobeses que se encuentran por el mundo y que guardan en su memoria las imágenes de “sus Patios” que hacen tiempo que no ven. ‘Los fósforos’ cordobeses por el mundo que tanto echan de menos a su ciudad.

Es el caso de Marco Augusto que se encuentra en Italia. Marco hace estructuras en mármol y lleva 20 años fuera de Córdoba, aunque como nos dice va y viene ·y “siempre llevo a mi ciudad conmigo”. Más allá de los Patios, lo que más echa en falta es “la caló”.

De Italia viajamos a Eslovenia donde está Marina. Lleva tres años fuera de Córdoba y asegura que lo que más echa de menos son “mis Patios”. Y como buena cordobesa, nos recomienda la visita a algunos de ellos: los de la calle Pastora, los Patios de San Basilio…

Toñi vive en Mallorca desde hace más de 13 años, y confiesa que tiene “clavada esa espinita” de estar lejos de Córdoba. “La Semana Santa, los Patios, sus calles, su gente…”, es lo que echa de menos Toñi quien también nos aconseja darnos una vuelta por la Judería para recorrer sus Patios.

Teresa vive en Madrid y recuerda que su abuelo era “cordobés, cordobés. Iba con sombrero cordobés por Madrid”. Y además nos cuenta que donde él vivía, la terraza de su casa es un patio típico andaluz digno de ver.

Y por último, viajamos a la capital tailandesa, Bangkok, con Antonio. Es arquitecto y se encarga de diseñar ciudades inteligentes. Resalta Antonio la importancia arquitectónica de los Patios cordobeses “es uno los recursos que uso muchas veces cuando hay que diseñar villas de lujo, por ejemplo. Es el perfecto ejemplo de control climático”. Lamenta Antonio porque “no lo apreciamos demasiado, pero es una maravilla arquitectónica”.