Gay de Liébana ante lo que está por venir: Transitando por 2021
Vienen, augura el profesor, "meses duros y probabilidades de que irrumpan cisnes negros, esas sorpresas negativas que nos pillan desprevenidos"
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Cuarto día de andadura por 2021, año en que el talante positivo, no reñido con ser realistas, tendría que imperar, Don Carlos. 2021 será espinoso, con cuesta de enero empinada.
Por delante, meses duros y probabilidades de que irrumpan cisnes negros, esas sorpresas negativas que nos pillan desprevenidos, aunque, algo escarmentados por la incertidumbre, seamos más precavidos. Si todo funciona, al doblar el primer semestre de 2021, gracias a las vacunas, iríamos volviendo a la normalidad y la economía empezaría a recuperarse.
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Lo hará si amaina el declive, el consumo remonta, la inversión se mueve y las exportaciones palpitan. Pero a muchas empresas y trabajadores les costará resistir hasta entonces. Las ayudas directas en España no son acordes con las vicisitudes y varios sectores luchan por sobrevivir. Para colmo, Don Carlos, 2021 viene preñado de subidas de impuestos y alumbramientos de otros (tasas Google y Tobin). 2020 ha sido un shock en nuestras vidas. Sin embargo, quedémonos con lo bueno: los logros de la ciencia, que en pocos meses ha conseguido disponer de vacunas y el ímprobo esfuerzo de investigadores, científicos y sanitarios.
También hemos avanzado en algo que íbamos posponiendo: la transformación digital, que ha permitido mantener el ritmo en muchas actividades, metiéndonos de lleno en las nuevas tecnologías que definen el contexto económico. Con positivismo, pensemos en algunos cisnes blancos para 2021: relevo presidencial en EE. UU; Brexit bastante ordenado, si bien turbulento; acuerdos entre Europa y China; Unión Europea más cohesionada; continuidad de la política monetaria acomodaticia de los bancos centrales; impulso tecnológico; avances médicos, y confiar que a lo largo de 2021 la pandemia se vaya disipando y la economía recobrando sus latidos. ¡Confiemos en 2021 y más en 2022, Don Carlos!