La mirada económica de Gay de Liébana: “El coronavirus clava el estoque a las pymes”

El profesor José María Gay de Liébana analiza en ‘Herrera en COPE’ las claves económicas del día.

En un país normal, Don Carlos, la regulación económica “ad hoc” contra el coronavirus tendría 4 páginas, de fácil lectura. El RD-ley 8/2020, de 17 de marzo, de medidas urgentes extraordinarias para hacer frente al impacto económico y social del COVID-19, tiene 46 páginas, con 5 capítulos, 43 artículos, 9 disposiciones adicionales, 3 disposiciones transitorias, 10 disposiciones finales y 1 anexo. Mi condición de leguleyo despierta dudas y sospechas ante tanta catarata normativa, con las usuales remisiones a preceptos reglamentarios que aún son “nasciturus”. Sumergirse por su proceloso articulado hace buena la frase de que no todo el monte es orégano…

Paquita, la peluquera del barrio, está preocupada. Se ha visto obligada, al igual que Manolo, el de la tienda de la esquina, a bajar la persiana. Ambos son autónomos. Paquita tiene a Rosita, Juani y Jenifer empleadas. Se resiste a echarlas porque son muchos años trabajando juntas y forman una familia. El problema de Paquita es que tendrá que pagar a fin de mes la Seguridad Social, los sueldos de Rosita, Juani y Jenifer y el próximo 20 de abril el IVA, el IRPF e impuestos del primer trimestre. Por cierto, que el 1 de abril empieza la campaña del IRPF, como si nada. Además, tiene que seguir pagando el alquiler del local y los otros gastos y, encima, como hizo inversiones en la peluquería, tiene que pagar las cuotas pertinentes del préstamo y las cantidades aplazadas. El problema de la querida Paquita, Don Carlos, es muy simple: no ingresa, no tiene cobros y sí tiene gastos y pagos. Paquita está acongojada y transmite a mi mujer su lógica angustia. Paquita es el arquetipo del autónomo y pequeño empresario al que nuestro gobierno y nuestros políticos dejan en la estacada para que así la economía española, que es la de las pymes y autónomos, se muera… Ellos clavan el estoque con que rematar a nuestras pymes, Don Carlos…